Por Ariel Greco
Militante social
Por estos días, donde se desnuda a causa del grave temporal, la Mar del Plata que desde años los gobernantes de turno quieren tapar sale a la luz una vez más. Producto de una gran falta de coherencia en inversión en infraestructura.
Producto de una falta de sensibilidad por los que menos tienen. Producto de la corrupción reinante en los distintos estamentos del estado, donde muchos funcionarios llegan al poder sólo pensando en salvar su vida económicamente, a cambio de generarle más pobreza al prójimo.
Hace unos meses atrás se difundió en un canal nacional una investigación que mostraba a las claras, la otra Mar del Plata, la ciudad Infeliz como titulaba la investigación periodística del periodista Ignacio Ramírez de C5N.
Algunos, miserables e hipócritas, prefirieron quedarse y emitir en su relato que sólo era “una mala publicidad” para la ciudad. Adujeron que era parte de un trabajo periodístico malicioso para desprestigiar a La ciudad Feliz a días de comenzar una temporada veraniega más.
Hoy el temporal de lluvia y viento que arraso con los techos de chapas esos que cubren las viviendas de muchos Marplatenses, en donde obviamente no entran las viviendas de algunos políticos, dirigentes y funcionarios de turno, no hace más que dejar al descubierto una triste realidad que viven muchos vecinos en la otra Mar del Plata, la que muchos conocemos desde hace décadas y otros parecen desconocer o querer taparla con un relato que la naturaleza hoy nos muestra a todos.
El desborde de muchos arroyos que se encuentran geográficamente cruzando la ciudad, y que golpea tristemente a muchos vecinos que a causa de esto se convierten en verdaderos damnificados en una ciudad que para los de afuera se muestra como la metrópolis de ensueño, con sus casinos, playas, hoteles 5 estrellas, balnearios con piscinas atractivas y demás grandilocuencias, pero que en la realidad existe una gran porción de la sociedad que aún padece de muchos derechos vulnerados, esto a causa de pésimas administraciones que sólo se dedicaron a maquillar lo que se ve y a tapar para que no se vea el sector periférico de la ciudad, donde también hay vida, hay sueños, donde aún se mantiene la esperanza de poder vivir mejor algún día, aunque suene utópico en el relato.
Hoy, la única certeza es encontrar el camino que nos lleve a terminar con tanta Injusticia Social y con el ocultamiento de la realidad. Esto depende de todos, de cada vecino que ama profundamente la ciudad, pero sobre todo están nuestros sueños en manos de quienes conducen los destinos de Mar del Plata.
En agosto y octubre muchos nos mostrarán sus promesas de campaña, sus spots publicitarios ofreciéndonos un plan de mejor vida, de crecimiento y bla, bla, bla. En nuestra memoria y en nuestra conciencia estará el futuro de nuestros hijos, de nuestros sueños, de los proyectos de vida que tenemos para nosotros y para las generaciones que vienen.
Tratemos de tener memoria y de analizar cada discurso, cada promesa, ahí está nuestra obligación cívica como ciudadanos. Para vivir mejor, tenemos que trabajar, organizarnos, comprometernos, pero por sobre todas las cosas, elegir bien, elegir mejor.
El verdadero cambio está en nosotros y en que no nos vendan más pescado podrido, ni los que estuvieron, ni los que están, ni los que quieren venir.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.