No comparto la opinión de Gustavo Demarchi respecto al tratamiento que la sociedad le dio a la mentira pública generada por el propio Blumberg.
Cuando el periódico que más metraje le diera desde siempre al padre de Axel (Ámbito Financiero) denunció la inexistencia de Título de Grado de Ingeniero como antecedente profesional del Señor Blumberg no fue desde la política, sino desde el mismo seno de la sociedad que partió el desencanto.
Sucede que este hombre pregonaba desde su credibilidad y desde el lamentable hecho que le tocó vivir con el horrible asesinato de su hijo. Desde allí Blumberg construyó una imagen pública que lo llevó a convencerse de su vocación por la política para convertirse en candidato a Gobernador en Buenos Aires.
Mucha gente adhirió a la imagen de Blumberg y a sus ideas y fue precisamente desde esos sectores donde la mentira caló mas hondo e hirió de muerte esa credibilidad que servía de cimiento a la construcción política.
Cuando uno construye en contra de la mal llamada “viveza criolla” lo único que no puede hacer es actuar como un “criollo vivo” y Blumberg se autoadjudicó un Título profesional a sabiendas que estaba mintiendo, es decir engañó a la gente que creía en él.
En lo personal lo único que me inspiraba Blumberg era compasión por la muerte de su hijo, pero no compartía ni comparto sus ideas ni su actuación pública, por lo tanto su mentira no cambió mi forma de pensar sobre él.
Creo que nadie buscó la lapidación pública de Blumberg, salvo él mismo y en definitiva me parecería democráticamente sano que mantenga su postulación a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires porque de esa manera sabremos a ciencia cierta si la sociedad acepta la mentira o, por el contrario castiga a la “viveza criolla”.
Cuando Mauricio Macri denunció la inexistencia de Título de Licenciado de Telerman, no me sorprendió el cartero sino la verdad de la carta y ahora, si la consigna fuera “con un cañón, matar al gorrión”, me parece que el cañón lo cargó Blumberg.
(La opinión de los columnistas no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General).