El 17 de Octubre es algo excepcional; no se ha producido similar acontecimiento popular en la historia de las naciones. Tiene valor histórico por sí mismo, por sus consecuencias y por su posterior incidencia en la cultura nacional. Magno acontecimiento “…que sólo adquiere sentido y logra una explicación verdadera en los humildes de corazón ……momentos de acción histórica en que el divino ejercicio de la libertad eleva al hombre a su plenitud, verdadera imagen de Dios, y lo muestra en el Mando de la historia …”

El 17 de Octubre de 1945 - fecha incorporada a nuestras hazañas históricas con el más acentuado sabor popular - si bien es el surgimiento del peronismo, “…no debe considerarse un quiebre en la historia del pueblo argentino, sino que es otra nueva expresión, continuidad del Movimiento Nacional, de la argentinidad; una nueva manifestación del alma, del sentir, del pensar y del saber argentinos…”

Tiene el mismo significado que el 25 de mayo de 1810; son las mismas multitudes armadas de un poderoso instinto de orientación política e histórica que desde antes de 1810 obran inspiradas por los más nobles ideales cuando confían en el Conductor que los guía; la muchedumbre que rescata a Perón del cautiverio es la misma multitud que asiste recogida por el dolor al entierro de don Hipólito Yrigoyen. Son fechas que se corresponden y señalan el paso hacia un objetivo superior anhelado por el pueblo, e irrenunciable para la nación.

El 17 de Octubre es el reflejo fiel de la lealtad de un pueblo que marchó en pos de una esperanza, a rescatar al Hombre que encarnaba su espíritu sediento de justicia; porque para Perón – como para el pueblo - la justicia es un sentimiento innato; no es ideológico, no es de la materia sino del espíritu; justicia social que es ambición de fondo, y no de forma. Los pueblos además, llevan en sí mismos – todos sin excepción - sentimientos de generosidad, de amor, de altruismo, de solidaridad.

Es el ”Día de la Lealtad” porque encarna la lealtad de un pueblo para con su Conductor; día de la lealtad entre hermanos de una misma causa que marchan seguros de su fuerza y de su destino.

El día de la lealtad es el día de la fidelidad, de los que son fieles, leales. Ser leal es ser obediente; se es disciplinado porque se es leal. Y se es leal porque se Ama.

El “Día de la Lealtad” es el día de la obediencia; “…es la obediencia del espíritu del Pueblo argentino, en ese momento representado así, para romper la esclavitud, para alcanzar su libertad; pero ella exigió, primero, el acto de lealtad y de obediencia a ese espíritu encarnado en Juan Perón….El pueblo argentino puesto en esa situación, hizo el 17 de octubre de 1945. Decidió obedecer a quien había elegido; y lo eligió, porque él primero, los había elegido…”

El 17 de Octubre fue un día miércoles, un día con historia propia; era tanta la euforia y la confusión que todo el mundo en la calle se mezclaba, se abrazaba, se hacían amigos y todos a la Plaza. La mayoría eran jóvenes, muchas mujeres y chicos, el griterío era grande; pintaban en los tranvías “Perón, qué grande sos”. Era un día hermoso, de calor, un día peronista; a las 11, cayó un chaparrón bendito que proporcionó más entusiasmo y más incentivo al ingenio popular: “…Aunque caiga el chaparrón / siempre, siempre con Perón” , entonaban los muchachos. No quieren problemas, pero quieren a Perón, vienen a rescatarlo y no se van a ir hasta conseguirlo; están decididos. Se trata de presionar al gobierno hasta lograr la libertad del coronel del pueblo.

Al mediodía la Plaza estaba llena; puro canto, música “…música de una canción popular y su letra : “Yo te daré / te daré Patria hermosa / te daré una cosa / una cosa que empieza con P / Perón”.

Perón que resonaba periódicamente como un cañonazo…” (13), puras risas, vivas al coronel Perón, era una fiesta, un carnaval; nadie se creía superior a nadie. Las mujeres fabriqueras se escribían en los delantales con el lápiz de labio “¡Viva Perón!”; no había jefes ni soldados, todos eran compañeros, todos con la irrenunciable decisión de no dejar la Plaza, hasta liberar a Perón. En las ciudades del interior ocurría lo mismo; hermanos del interior que se mueven y palpitan al unísono con sus hermanos de Buenos Aires; ellos también representan el dolor de la Patria.

En conclusión, el 17 de Octubre fue un fenómeno heroico que se suma a la “…serie de pronunciamientos populares, un movimiento de una riqueza insospechada, un aliento dador de vida y de sentido, de rumbo y de misión, recuperador de la dignidad y del destino; mensaje de esperanza que nos hace un solo cuerpo bajo la forma novedosa de una profunda marea histórica fundadora de una vida nueva para nuestros pueblos…”(25); nacido de los surcos, de las fábricas, de los talleres, de las oficinas, de lo más noble del espíritu nacional.

El 17 de octubre será para todos los tiempos el “Día de los Descamisados”, el día de los que tienen hambre y sed de justicia; será para todos los tiempos la epopeya de los humildes, el día de todo el pueblo auténticamente criollo.