El gobernador bonaerense electo aprobó un plan para atender al 33 por ciento de los habitantes de su provincia que son pobres. Incluye tutorear a medio millón de jóvenes, cambiar el reparto de alimentos por una tarjeta de compras del Bapro y un plan de inspecciones para blanquear empleo.
En la provincia de Buenos Aires una de cada tres personas es pobre, pero las dos terceras partes de los que sufren esta situación tienen trabajo. Junto con el noroeste y el noreste argentino, el conurbano bonaerense es el lugar donde peor se vive en el país.
Daniel Arroyo, actual viceministro de Desarrollo Social de la Nación, le presentó un plan integral para enfrenar ese preocupante cuadro social al gobernador electo, Daniel Scioli. Este lo aceptó y Arroyo será además el próximo ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires.
En el equipo de Scioli afirman que el camino principal para rescatar de la pobreza es el crecimiento económico de la provincia. Sus asesores afirman que el nuevo gobernador será un viajero constante en busca de inversiones extranjeras y de nuevos mercados para productos de la provincia.
“Buenos Aires es una provincia con un gran potencial, que nosotros vamos a desarrollar”, aseguran. Sin embargo, según sus propias estimaciones, la provincia de nueve millones de habitantes tiene un 40 por ciento de ellos en condiciones de vulnerabilidad que no pueden esperar la llegada del “desarrollo”. En ese porcentaje incluyen a los pobres, los indigentes, los que viven de changas, los que sufren de graves adicciones, los que no cuentan con las condiciones básicas como agua corriente, cloacas o que viven hacinados, entre otras características de la marginalidad.
El gobernador electo le dio carta blanca al que será su ministro de Desarrollo Social para que, además de ocuparse de sus tareas específicas, esté a cargo del problema del empleo. Lo primero que quiere crear Arroyo es un consejo consultivo multisectorial que fije prioridades, analice la utilización presupuestaria y monitoree el gasto. Así piensa comprometer a los principales actores de la provincia en el desafío de disminuir la pobreza y, a la vez, dotar de mayor transparencia a una política –la social– siempre sospechada de clientelismo. En este consejo espera contar con representantes de los municipios, las ONG, las organizaciones sociales, las sociedades de fomento y de Cáritas, entre otros.
Lo que sigue es un resumen del plan que Daniel Arroyo le presentó al Gobernador electo y que éste ya aceptó y ordenó poner en marcha para enfrentar el problema de la pobreza en la provincia de Buenos Aires:
-Política Alimentaria: la idea es que los que están recibiendo alimentos más los que demuestren que necesiten ayuda alimentaria pasen a ser tenedores de una tarjeta de crédito del Banco Provincia de Buenos Aires, que sólo podrán utilizar para la compra de alimentos y que tendrá un monto fijo de 100 pesos mensuales. Según el proyecto de Arroyo, esta estrategia apunta a maximizar la utilización de los fondos, puesto que nadie mejor que el ama de casa conoce los alimentos que necesita para su grupo familiar. A la vez, el plástico le brindará la posibilidad de elegir dónde realizar sus compras buscando los mejores precios. También se espera que con este método se le dé una nueva vuelta de tuerca a la reducción del clientelismo político de la distribución de la ayuda social. Aunque aún no está definido el monto del programa, el propósito es que cubra a un universo mucho mayor que el que se destina con las cajas de alimentos que se entregan en la actualidad. La razón es que se busca que de ese modo muchos de los que se alimentaban en comedores comunitarios vuelvan a hacerlo en el hogar, fortaleciendo así los lazos familiares.
-Plan Jóvenes: la estimación es que en la provincia hay aproximadamente 500 mil jóvenes que no trabajan ni estudian o que, si trabajan, no logran mantener un empleo, en muchos casos por falta de cultura laboral. En el equipo de Scioli piensan que luego de casi una generación de desocupados, esa costumbre se ha perdido. Para ellos se destinarán 700 millones de pesos en un plan de cuatro años que buscará capacitarlos, buscarles trabajo y, a la vez, darles la contención necesaria para que mantengan sus puestos. En una tarea que, en principio, parece la más difícil de lograr de las que presentó, el Ministerio de Desarrollo Social buscará, mediante equipos conformados por las fuerzas vivas de cada municipio, conseguir tutores que sigan de cerca la capacitación y los problemas laborales de estos jóvenes, acompañándolos en la difícil tarea de reinsertarse en el mundo del empleo.
-Manzaneras: aunque fue creado por Hilda “Chiche” Duhalde, hoy enfrentada al gobierno nacional, el cuerpo de manzaneras se mantiene trabajando en la actualidad con un buen nivel de logística y el equipo de Scioli considera más productivo utilizarlas que reemplazarlas. Aunque ya no estarán encargadas de la distribución de alimentos, su conocimiento de los vecinos de cada zona hace pensar a los asesores del gobernador electo que serán útiles en brindar una buena cobertura de información sobre cuáles son los problemas de la niñez en la provincia en materia de educación y salud. Su función principal será detectar cuáles son los chicos que no asisten a la escuela e incentivar las revisiones médicas periódicas y las vacunaciones obligatorias.
-Política de niñez: la provincia de Buenos Aires acaba de aprobar una nueva legislación sobre la niñez que dejó atrás la perversa Ley de Patronato, que prácticamente suponía a cada niño pobre como un delincuente en potencia. De hecho, muchos pibes de la calle hoy están encerrados en institutos que se supone los “reeducan”. La nueva ley propone buscarles hogares sustitutos, pero la tarea no es fácil y tiene enemigos ideológicos fuertes. Según el plan de Daniel Arroyo, una de sus prioridades va ser que esa ley, que hoy es letra muerta, se haga realidad.
-Agencias de pymes y empleo: en los últimos cuatro años se reemplazaron más de 800 mil Planes Jefes y Jefas de Familia por créditos para pequeños emprendimientos. De estos, casi 400 mil fueron destinados a la provincia de Buenos Aires. Más de la mitad fueron exitosos, el resto sucumbió o apenas sobrevive. El plan que viene se divide en dos partes. A los que les fue bien, darles un nuevo empuje para convertirlos en pymes. Para eso se les otorgarán nuevos préstamos y asesoramiento. A los que no lo lograron se les buscará empleo. La estrategia es dividir la provincia en 25 regiones. Cada una de ellas tendrá una cantidad aún no definida de agencias con equipos multisectoriales que trabajarán en las distintas problemáticas.
-Registración laboral: dos de cada tres pobres de la provincia de Buenos Aires tienen trabajo. En la mayoría de los casos se trata de empleados no registrados, que, en promedio, ganan la mitad que un trabajador registrado. Más del 40 por ciento de los que tienen empleo en la provincia están en esa situación. Los asesores del gobernador electo planean un trabajo de inspecciones muy agresivo (se habla de un primer equipo de más de 2.000 inspectores) que salga a buscar a los evasores. Pero a la vez, Arroyo, que estará a cargo de ciertas políticas de empleo, trabajará junto a sindicatos y cámaras sectoriales en acuerdos que exploren los mejores caminos para que en los próximos cuatro años haya un significativo avance en la registración de los trabajadores en negro. Dentro de los esquemas que se implementarán habrá un régimen especial para las nuevas pymes, con cargas mínimas, que irán creciendo a medida que la empresa vaya madurando.
Fuente: Página 12