Los dos últimos procesos electorales acaecidos en Sudamérica aparentan dar razón al título del presente.
Para empezar el próximo pasado, la derrota electoral del dictador venezolano Hugo Chávez en el referéndum para avalar una reforma constitucional a su medida.
Esa malhadada modificación, de la ya reformada Constitución, fue pergeñada por un parlamento servil a los intereses del líder caribeño, de corte similar al de nuestro país.
La derrota del amigo de nuestro matrimonio gobernante, significa que las demagógicas propuestas (reducción de jornada laboral a 6 horas, ampliación del voto a los menores de 18 años y tantas otras que proclaman la felicidad por ley suprema) no cumplieron su tarea que era persuadir al electorado, siempre presumido por las dictaduras populistas como mayoritariamente ingenuo, instaurar un régimen a perpetuidad para el bolivariano ( en este absurdo deseo lo es indiscutiblemente) compatible con un régimen neo-soviético tardío siguiendo, para ello , las enseñanzas del dictador comunista cubano postrado pero, para los necios ideológicos, vigente.
Esta derrota tuvo su antecedente el 30 de octubre cuando su régimen aliado en la Argentina obtuvo solo el 45 % de apoyo para su continuidad. Claro que esta derrota, en la Argentina de las alquimias, sirvió para concretar esa permanencia en el poder de los Kirchner gracias a un sistema absurdo que no solo desafía a las razones “desafiables” sino que ha logrado contradecir a las ciencias exactas. En la Argentina la mitad más uno del 100% es el 45% (Art. 97 de la Constitución).
Como se puede observar, nuestra realidad institucional y electoral, en este aspecto, es peor que la de Venezuela.
A saber : si Chávez hubiera tenido un régimen electoral como el “argentino” el cual posibilita que la variante femenina del poder “K” se perpetúe en el gobierno, hoy Venezuela estaría a las puertas de caer bajo un absurdo régimen institucional mezcla de estalinismo moroso con atávico populismo bolivariano.
En Sudamérica, además de comprobarse que el populismo ha empezado a perder elecciones, en Venezuela hay una correspondencia en la gestión posterior ya que no habrá reforma constitucional. Por lo menos hasta ahora, todavía no desafían ni alteran la lógica matemática, como sus aliados argentinos.
Dr. Gustavo Demarchi- Abogado
(La opinión de los columnistas no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General).