Por José Rigane*
Iniciativas como las que se llevan a cabo por estos días, el cambio de las lamparitas de los domicilios por artefactos de bajo consumo ya se llevaron adelante en Venezuela y Cuba. Consultado por algunos medios, he comentado que esta medida estaba siendo adoptada en esos países. Sin embargo eso no es suficiente para desarrollar un plan que nos conduzca al uso eficiente del recurso. Los habitantes de Venezuela y Cuba tienen un concepto diferente al nuestro. Para ellos, la energía es un bien social, no un commodity, ni una mercancía.
En los países que menciono, la energía es un patrimonio nacional. Las empresas no están privatizadas. El recurso natural no está en manos privadas y quienes dominan el mercado no son precisamente los oligopolios internacionales. Como el cambio de los artefactos de cada casa es parte de un concepto y de una base ideológica absolutamente diferente, los resultados también son absolutamente diferentes.
En Argentina, se pone en marcha un plan en un esquema totalmente distinto. Es decir, querer cambiar las lamparitas no está mal pero lo que sí está mal es el agente encargado de hacerlo. Fíjense ustedes que quien va a llevar la iniciativa adelante en esta ciudad es la empresa multinacional “que garantiza la distribución” (lo que en rigor no es así) en la región de Mar del Plata. Es decir, EDEA SA va a entregar dos lamparitas por usuario como una manera de producir conciencia.
Lo va a hacer una empresa que actúa con impunidad, lo va a hacer una empresa que avasalla los derechos de los usuarios, lo va a hacer una empresa que avasalla los derechos de los trabajadores, lo va a hacer una empresa a la que lo único que le interesa es la rentabilidad y para nada el desarrollo de un servicio a largos años tratando de garantizarle la continuidad y la seguridad al usuario.
¿En esta empresa confía nuestro gobierno? ¿En una empresa que cobra una Tarifa Estacional, lo que constituye un contrasentido a cualquier política de ahorro y eficiencia? Esta Tarifa Estacional es inconstitucional porque obliga al usuario a consumir, caso contrario, el usuario tiene que pagar simplemente por canon fijo 25 pesos (sin contar los impuestos), sin derecho a hacer uso del servicio. ¿De qué política hablamos entonces de ahorro cuando no modificamos una cuestión de fondo como esta?
* Secretario General del Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata, Secretario General de la FeTERA y Secretario de Organización de la CTA.
(La opinión de los columnistas no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General).