“Nos parece que sería bueno que la Unión Cívica Radical pudiera ser nuevamente un actor importante en la política argentina”. Las palabras de Ricardo Alfonsín resumen la orientación que tiene el esfuerzo realizado por dirigentes para la recuperación del radicalismo. Y esto obedece a que consideran que son necesarios y valiosos “los partidos fuertes, democráticos, estables y previsibles”.

El dirigente que fue en la última elección candidato a gobernador está recorriendo distritos de la provincia para conversar con los afiliados y con las autoridades partidarias, “con el propósito de escuchar sus ideas” y enriquecer el desarrollo de este proceso interno.

En su visita a Tres Arroyos, recordó “la crisis de la Alianza” en 2001, lo que dio lugar a “una sanción de la sociedad a nuestro partido”, y se reconoció consciente de que en la UCR “no hemos podido superar la crisis”.

Sin embargo, entiende que se están cumpliendo los pasos correctos; “estoy absolutamente convencido, y no se trata de una apreciación caprichosa, de que vamos a experimentar una mejoría importante en 2009, en la medida que seamos capaces de hacer las cosas que hay que hacer para recuperar la confianza de la sociedad” subrayó.

Y agregó: “incluso para 2011 estaremos en una situación consolidada como para soñar con pensar en disputar el poder nacional”.

Más adelante, Alfonsín relacionó el alejamiento de dirigentes radicales, que se sumaron al kirchnerismo y en otros casos a la Coalición Cívica, con ambiciones personales: “vieron que, por el momento al menos, la Unión Cívica Radical no les resultaba demasiado interesante para utilizarla como herramienta electoral y se fueron”.

También admitió que “algunos de ellos pueden intentar regresar porque llegaron a la conclusión que se han equivocado. Pero no pueden hacerlo los que han sido candidatos”. “Están excluidos” remató.

Según sus apreciaciones, “lo primero que hay que realizar es normalizar el partido. Está con los mandatos prorrogados a nivel provincial y con los mandatos prorrogados en los distritos. Se debe recuperar la democracia interna y la presencia en la provincia”.
Para ello, se requerirá “convocar a elecciones o impulsar un proceso de diálogo que termine en un consenso para designar nuevas autoridades. Este proceso debería incluir la definición de estrategias o políticas encaminadas a la recuperación”.

Alfonsín observó que en Buenos Aires “están ocurriendo algunas cosas” y no hubo intervención en forma orgánica debido a que aún no se cumplió la normalización. Como ejemplo, citó “la decisión de Macri de -a nuestro juicio- discriminar a los habitantes sobre todo del Gran Buenos Aires que pueden atenderse en los hospitales de la Capital Federal”. “Semejante posición – advirtió - nos parece un exabrupto y una grosería desde el punto de vista de los derechos humanos, pero también esto pone de manifiesto el déficit en el que se encuentra la provincia en términos sanitarios después de más de 20 años de gestiones justicialistas”.

En el terreno de “lo discutible”, ubica a “los instrumentos” para el ejercicio de la política partidaria. Por el contrario, “nuestra identidad en términos de principios y de valores no se modifica”.

Avizora un horizonte con expectativas, debido a que “hay mucha juventud que está empezando a comprender de la política no se puede prescindir, que es una dimensión absolutamente ineludible, y empiezan a acercarse”. “No hay nada más importante que trabajar por mejorar las condiciones en las que tiene que vivir el hombre y esa tarea es la política, que es muy difícil” remarcó, al concluir.