Parato recordó: “en 1979 se generó la idea de licitar la Unidad Turística Fiscal Torreón del Monje, que tenía un Decreto de demolición por estar colapsada su estructura.

En ese momento habia circunstancias agoreras respecto de que no había posibilidad de explotación comercial, por su reducido tamaño, es decir, por falta de estado físico, y de infraestructura. Sin embargo, por la gestión de algunas personas que estaban al lado del comisionado municipal, se pensó en la puesta en valor de la construcción.

El trabajo más arduo fue mantener lo que arquitectónica y culturalmente significaba el Torreón para la gente.

Por ese entonces no se hablaba de preservación patrimonial. Fue importante la visión de Ernesto Torquins, cuando originó la construcción, que fue financiada entre doce familias”.

LOS COMIENZOS

De acuerdo a lo que contó Parato, “la primera concesión del Torreón tenía un fin gastronómico, pero era un lugar abierto, sin protección”. “Pero lo más significativo - subrayó - era la idea que tenían estos pioneros..”.

Al respecto, explicó: “Alberto del Solar, poeta chileno y amigo de Torquins, fue el que lo impulsó a venir a Mar del Plata. Torquins sufría de muchas dolencias, en especial artítris, y Del Solar le dijo que al sur de la provincia de Buenos Aires había unas playas que parecían tener arenas milagrosas. Entonces, efectivamente vino y se curó.

Parece ser que las radiaciones positivas que hay, la confluencia del yodo y el salitre del mar, y la piedra calcárea, que es la continuación de la sistema de Tandilia, produce efectos positivos para la salud.

Una vez hecho ese pequeño emprendimiento lo denominaron Torre Belvedere, pero después fue llamado Torre Pueyrredon y finalmente recibió su nombre actual, Torreón del Monje”.

LA LEYENDA

“El emplazamiento era excepcional, ya que al estar en la parte más saliente del litoral se ve desde todos lados. Cualquiera sea la ubicación, se ve de frente. Es un fenómeno extraño...

Sin embargo, Del Solar decía que le faltaba el alma. Entonces inventaron la leyenda del Torreón del Monje, remitida al año 1600 o 1700. La historia cuenta que el guerrero español Alberto del Solar estaba atrincherado en ese lugar para defenderse de los malones que venían de Laguna de los Padres.

En ese interín, se enamora de una indígena, Leila Mariña, a quien secuestra y lleva a vivir con él. En consecuencia, el Cacique Ruca Muara, que era celoso, no admitió esa circunstancia y, en un acto de guerra, lo desplaza y se queda con Leila en el Torreón.

La cuestión es que después compraron a un hechicero de la tribu, quien adormece a todos en un acto de exorcismo. Por suerte Leila, que no fue afectada, despertó al cacique Ruca Muara, y juntos montaron en su caballo. Pero cayeron al mar, por lo que las noches de luna llena se escuchan los rumores de ese perdido amor”.

MERITO CIUDADANO

Sobre este reconocimiento, Parato aclaró: “creo que cuando recibí el mérito ciudadano representé a todos aquellos vecinos de Mar del Plata, o no, que hicieron posible la grandeza de esta ciudad, pese a la permanente carrera de vallas. Hay que sortear muchos obstáculos en el camino; encima, cuando uno cree que ha llegado a la meta, se encuentra con que el último escollo es una pared de hormigón armado... Sin embargo, en otros casos, descubre que sacaron la pared y en su lugar pusieron un cartel que reza ”largada“... Por eso no hay que detenerse, sigo seguir adelante siempre”.

LA ACTUALIDAD

Parato destactó: “Mi empresa sigue siendo la concesionaria general, pero tengo la opción de hacer cesiones parciales, por lo cual tengo sectores arrendados.

Creo que la historia del Torreón recién empieza, aunque lo que se hizo durante 27 años fue el trabajo más importante...

En el pliego original del año 79 se indicaba que había que demoler la pedana y yo me aventuré, previo estudio, a consolidarla. Afortunadamente, gracias a ese trabajo, la pedana está vigente y permitió la existencia de 2500 metros de extensión sobre la playa que antes estaban sobre el mar y que nunca más se hubieran podido hacer.

Mar del Plata sufre un lamentable fenómeno: cuando los negocios se insinúan malos, nadie se anima; pero cuando se da la suerte de que son exitosos, hay un montón de interesados en quedárselos o copiarlos y terminan en el fracaso.

El estado lamentable que tenía el Torreón al momento de la adjudicación no me costó pocos sinsabores familiares y de mis amistades que querían preservar mi salud. Me llamaban ”el loco Parato“, pero yo lo veía con tanta claridad...

En Mar del Plata hay que neutralizar la contingencia del clima. Sólo tiene como paisaje sobre el horizonte del mar el mar mismo y esto obliga a que el ingenio lleve a tomar decisiones.

Cuando pensé en que se hiciera la playa, me decían que era imposible, que la arena el mar la lleva y la trae. Pero con la idea de la vivencia me pasaba las noches mirando el mar y observando como en la piedra que sacaba del lugar se juntaba arena.

En el 82, cuando presento el proyecto de las escolleras, tardaron 8 meses en aprobarlos y me criticaron porque lo hice sin permiso. Lo que no cuentan es que, si lo hubiera esperado, la inflación me comía todo. Los tiempos de la administración pública no son los tiempos del empresario privado...

El primer tramo del lado sur de la escollera permitió la consolidación de la pedana y, a pesar de los informes de que estaba en crak, realicé estudios con buzos tácticos que verificaron los cimientos.

Mar del Plata no tiene que ser una ciudad turística, sino con turistas. Necesita actividades que nutran la agenda local durante los doce meses del año. Espero que el Intendente Pulti, entre en la realidad de la importancia que tiene la ciudad y lleve a cabo los proyectos que se vienen anunciando, como la Ferroautomotora”.

LO QUE VIENE

“En 2010 se produce el primer vencimiento de la concesión del Torreón, con posibilidad de una ampliación.

Me parece que el Paseo Galíndez, desde el Torreón e incluyendo el Paseo Hermitage, es una zona de privilegio para el futuro.

Lamentablemente se ha visto degradada, no por los personajes sino por la actividad de los pseudo artesanos y la venta ambulante que obstaculiza una de las vistas más lindas de la ciudad.

Si bien en el resto del mundo hay este tipo de actividades, los puestos no son fijos , sino que se arman y desarman.

Supongo que en algún momento deberán buscarle un lugar acorde a estos trabajadores. El gobierno actual tiene buenas intenciones e interlocutores válidos, y es importante potenciar el turismo interno, con planificación, para tener por semana actividades proyectadas con la debida antelación.

En cuanto al Torreón, me parece que habrá que potenciar lo que se hizo hasta ahora y hacer arreglos que tienen que ver con lo estratégico, no con el maquillaje. Se deberá optimizar visualmente y paisajísticamente el terraplén del frente, realizar una cueva, recrear una gruta con la Virgen de Stella Maris, etc.

Yo seguiré trabajando para tratar de materializar, al menos algunas de estas ideas...” concluyó Parato.

Fuente: Emisora del Sol