Pero hoy en particular me puse a hacer memoria un momento. ¿recuerdan los problemas serios que pasaron en Mar del plata el pasado invierno, y también primavera?, claro que la temporada veraniega todo lo borra.
Recuerdo que por julio los trabajadores de la industria del pescado reclamaban algo tan simple como la regularización laboral, “Factura en mano, trabajo en blanco” nos bombardearon durante todo el verano.
¿Se acuerdan? Los trabajadores en tan pequeños grupos, llamativos, y estruendosos, pero pequeños, muy pequeños. ¿Recuerdan cuando tomaron el Honorable Consejo Deliberante? No mas de 20 o 25 personas dentro del recinto, y afuera, por la calle H. Irigoyen, no llegaban ni a 15 con toda la fuerza.
Traté, y juro que por todos los medios, hice fuerza, medité cual buda, me conecté con los astros, vi a Victor Sueiro y todo, pero en ninguno de mis divagues encontré a la gente de Mar del Plata apoyando a este grupo de trabajadores, mas allá de algún líder popular oportunista.
Entonces llegue a la conclusión de que el marplatense no es que no sepa expresarse sino que tiene una enfermedad, algo así como una fobia al reclamo.
Pero como siempre, el marplatense me sorprende cada día más. Aunque no lo crea, mis ojos lo vieron en la tele, sí en televisión, un grupo de Marplatenses manifestándose, y encima se ve que era gente de la Mar del Plata de verdad, osea de Juan B. Justo hacia Constitución y de Champagñat a la costa.
Se manifestaban a favor del campo, qué bueno que los ciudadanos de la “perla del Atlántico” tengan esa euforia para expresarse.