La voluntad de nuestro gobierno en relación los balnearios de Playa Grande es la de darle a ese sector vida todo el año.
Nuestra idea de la ciudad de 12 meses supone un conjunto de acciones coherentes y en el mismo sentido. Acontecimientos culturales y deportivos, la postulación y la promoción de la ciudad como sede de congresos y convenciones y el desarrollo de nuevas ofertas entre marzo y noviembre, son herramientas para una ciudad que necesita ser visitada todo el tiempo. Además de la industria, el turismo, ya sabemos trae trabajo y progreso, pero no alcanza con el que tenemos entre diciembre y marzo. Tenemos que promover alternativas de marzo a noviembre.
La rutina y el cambio en las concesiones del sector
En el sentido expuesto, es que las concesiones de balnearios deben, a nuestro criterio, superar la idea tradicional de que nuestra costa solo puede ser explotada en el verano. Los clubes de mar, el turismo para la salud (como por ejemplo el aprovechamiento del agua de mar climatizada), la modalidad de los spa, las ofertas culturales relacionadas con el ambiente marino son alguna de las posibilidades que brinda sitios como Playa Grande.
Lo que estamos tratando de lograr cuando impulsamos un proceso licitatorio transparente, es que nos permita, luego de un concurso de ideas, que Playa Grande incluya algunas o varias de estas alternativas. El aprovechamiento que significa la venta de carpas de diciembre a enero puede ser rentable para algunos, pero no es en el siglo XXI, el ideal de lo que puede proponerse Mar del Plata con un lugar tan valioso y reconocido como Playa Grande.
Las prórrogas de las concesiones suponen atenerse a la idea tradicional de los balnearios cerrados en el invierno. Ese fue el objeto de las licitaciones originales y cambiarlo significaría alterar la base sobre las que se llevaron a cabo, lo cual, necesariamente, generaría una situación jurídicamente cuestionable, además de poco transparente. Es desde estos conceptos desde donde puede juzgarse nuestra intención de no aceptar el uso de la prórroga, que a favor de
No nos alienta ningún espíritu confrontativo, sino por el contrario, lo que queremos es mancomunar esfuerzos en pos de una renovación de las ofertas de Mar del Plata para poder crecer y competir con otras ciudades. Es posible que haya quienes se sientan cómodos repitiendo lo que se viene haciendo desde hace décadas. Y también es posible que la voluntad de cambiar para mejorar, a algunos les genere algún tipo de incertidumbre. Sin embargo, no se debieran alentar fantasmas sobre inciertas controversias jurídicas, porque tales eventualidades no tienen asidero ni sostén.
El compromiso con la ciudad
El municipio tiene todo el derecho de decidir una nueva licitación sobre bienes que son públicos y sobre los que nadie puede pretender derechos intemporales. Los derechos de los concesionarios vencen con las concesiones y las concesiones están vencidas. En ese sentido, debemos rescatar la aptitud del Golf Club, del Yatch Club y del Ocean Club, que junto a otros concesionarios se han dispuesto a facilitar que la ciudad se renueve en este sector para generar más y mejores atractivos. Vemos en ellos un verdadero compromiso con Mar del Plata y con su actitud se hacen, legítimamente, acreedores de un prestigio que se les debe reconocer.
No esperamos otra cosa de la totalidad de los concesionarios porque, la mayoría de ellos, ha sabido trabajar correctamente y Mar del Plata los necesita como emprendedores dispuestos a seguir mejorando las posibilidades de una ciudad que cada vez debe generar más y mejores alternativas para crecer.
GUSTAVO PULTI
Intendente Municipal
(La opinión de los columnistas no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General).