El Decreto sancionado hoy que plantea que el dinero recaudado en concepto de retenciones a la soja por arriba del 35% se destinarán para la construcción de hospitales, escuelas y caminos es toda una confesión de que el resto de lo recaudado no se destina para resolver las penurias del pueblo sino para pagar la deuda externa y seguir subsidiando a los grandes capitalistas.

No es casual que la Presidenta no se haya referido ni al salario de los trabajadores y jubilados, ni a los miserables subsidios a los desocupados -ingresos que se van carcomiendo mes a mes producto de la inflación- sino sólo a un fondo extra que será manejado por el ministro Julio De Vido junto a la patria contratista para seguir intentando manejar las voluntades de los gobernadores e intendentes. La violenta represión ordenada por el gobernador kirchnerista Barrionuevo en La Quiaca contra cientos de desocupadas y desocupados que reclamaban un subsidio de 500 pesos es una muestra elocuente de lo que afirmamos.

Al actual precio internacional de la soja, la totalidad anual de los fondos referidos en el Decreto que se presentó hoy, equivalen sólo a la quinta parte (un 20%) de lo que el Estado recauda en un mes. Y equivale solo a un tercio de lo que costará emprendimientos como el llamado Tren Bala.

Es el pueblo trabajador el que a través del IVA a los productos de primera necesidad el que solventa a un Estado manejado por los Kirchner al servicio -insistimos- de pagar la deuda externa y subsidiar a sectores capitalistas.

Mención aparte merece la hipocresía de los presidentes de las entidades patronales del campo quienes también dicen estar a favor de la ’distribución de los ingresos’, cuando el único objetivo del lock out que vinieron protagonizando hace 90 días es mantener la renta extraordinaria que perciben a costa del hambre de millones.

Este anuncio demagógico es un intento del gobierno de poner fin a la disputa que está entablando con otro sector capitalista -los propietarios del campo- por ver quién se queda con la renta extraordinaria que producimos los trabajadores y ambos coinciden en que los trabajadores sigan con su nivel actual de ingresos.

Desde que se inició este conflicto, el PTS planteó que los trabajadores debemos levantar un programa independiente que parta de la expropiación de los grandes terratenientes y los pooles de siembra -beneficiados en los últimos años por el gobierno de los Kirchner, el monopolio del comercio exteri or, la reestatización de los puertos y el ferrocarril de cargas bajo el control de los trabajadores, la derogación de la ley videlista que rige a los trabajadores rurales, la eliminación del IVA y un salario mínimo equivalente al costo de una canasta familiar indexable según la verdadera inflación.

(La opinión de los columnistas no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General).