La CGT le reclamó al Gobierno que ordene el pago de un aguinaldo completo a fin de año para todos los trabajadores, sean éstos de la administración pública o empleados de empresas. Esa podría ser la salida salarial a cambio de contener la reapertura general de paritarias. El planteo fue elevado al jefe de Gabinete, Sergio Massa, en una reunión reservada que mantuvo con el jefe de la central obrera, Hugo Moyano. Del encuentro también participaron Juan Belén (adjunto de la CGT y dirigente de la UOM), Omar Viviani (taxistas) y Armando Cavalieri (Comercio). La alternativa tuvo mayor aceptación del funcionario que otras demandas, como el pago de un plus salarial de $300 por decreto entre diciembre y marzo hasta el inicio de la próxima ronda de negociaciones.

La reunión, que surgió en medio de las negociaciones del Gobierno para levantar el paro ferroviario del miércoles último, estuvo signada por los cuestionamientos sindicales a los últimos pasos del Ejecutivo en materia laboral. Los dirigentes le reprocharon a Massa por el escaso impacto de las últimas modificaciones en el Impuesto a las Ganancias y en los aportes a las obras sociales de los monotributistas y los trabajadores con salarios altos. Y le advirtieron que la escalada inflacionaria impulsará una ronda anticipada de paritarias si el Gobierno no fijaba algún tipo de compensación.

En ese punto, Cavalieri sugirió como alternativa la firma de un decreto que obligara a los empleadores a pagar un monto fijo adicional de $300 para todos los asalariados entre fin de año y los primeros meses de 2009, como puente hasta la reanudación de las negociaciones entre los gremios y las cámaras patronales.

La opción fue descartada por el jefe de Gabinete. Alegó que la suma fija se sumaría a los actuales niveles salariales, terminaría por ser el piso –más elevado– de la próxima negociación paritaria y no garantizaría un cauce salarial controlable para el año que viene. En cambio, prometió hacer una gestión ante Cristina Fernández para que se pague un aguinaldo completo por única vez en diciembre.

El reclamo de los sindicalistas se inscribe en un contexto de tirantez entre las partes. Moyano cree que, luego de los anuncios para pagarles a los acreedores, ahora llegó el turno de “la deuda interna”.

Las mejoras salariales por decreto fueron algo común hace unos años, a la salida de la crisis. El propio Néstor Kirchner firmó varios decretos en ese sentido. La diferencia con el momento actual es que en la Casa Rosada temen que un ajuste por esa vía podría recalentar la inflación. No así el aumento por única vez, como la duplicación del medio aguinaldo.

Las luces de alerta en el Gobierno se prendieron en los últimos días, cuando varios gremios coincidieron con planteos de reapertura anticipada de paritarias. A ellos se sumó la negociación del sindicato de mecánicos (SMATA) con un pedido de aumento de 65% a la cámara de concesionarias automotrices (ACARA). El primer sindicato en pedir la reanudación de discusiones fue el de los encargados de edificios, de Víctor Santa María, que tenía previsto reclamar en ese debate un incremento de 22 por ciento. Sin embargo, fuentes del gremio admitieron que se conformarán con una suma fija que permita a los porteros compensar la pérdida de poder adquisitivo de los últimos meses.

El sindicato de encargados fue uno de los que firmó a principio de año un aumento en torno del 20% junto con los camioneros de Hugo Moyano, los albañiles de la UOCRA y los estatales de UPCN. En el caso de los choferes, sin embargo, a partir de julio se reabrió de facto la discusión en todas las ramas del convenio hasta completar un aumento anual cercano al 35 por ciento como reflejó Crítica de la Argentina días atrás. También los empleados de Comercio, al mando de Cavalieri, exigieron una recomposición en el área de los supermercados mayoristas. Mientras que los sindicatos de la CGT Azul y Blanca, comandados por el gastronómico Luis Barrionuevo, elevaron al Ministerio de Trabajo una demanda similar.