Por: José Alejandro Acampora
Como fiel lector de su “Cazador de Noticias”, y luego de ver la información en su edición de hoy referido al problema en Lezama, me dirijo a Ud. a fin de hacerle llegar mi parecer acerca de los infaltables cortes de ruta cuando una determinada fecha hace que miles de personas se trasladen desde sus lugares de origen a distintos destinos en plan de vacacionar por unos días, cuando no, muchos de ellos por cuestiones de trabajo, salud o familiares, deben también hacer uso de esas vías.
Este fin de semana largo no fue la excepción. Vecinos de la localidad de Lezama, ante la falta de resolución en el Congreso Provincial acerca de su petición de lograr la autonomía municipal, decidieron salir a la ruta y cortar el paso de los vehículos en esa zona.
Sin entrar a analizar si es justo o no su reclamo, si los legisladores que se comprometieron a tratar el tema lo hacen o no, yo me pregunto, como habitante de esta nación, donde quedaron los derechos de los ciudadanos.
Me parece necesario recordar que el Congreso General Constituyente, en reunión del 1º de Mayo de 1853, hace ya 156 años, sancionó la Constitución de la Nación Argentina en la cual, su preámbulo expresa: “Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la Nación Argentina”.
Por su parte, dice en su Artículo 14: “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender”, (en ambos casos, las negritas fueron hechas por mí a propósito de este tema).
Asimismo, desde hace ya muchos años, para recorrer la Autovía 2 se deben pagar dos peajes, con los cuales se supone que la empresa concesionaria debe mantener el buen estado de la misma y proporcionar las medidas de seguridad y transitabilidad a quienes hacen uso de la esa ruta.
Y es aquí en donde yo me pregunto: a) donde está el Estado, que tiene la obligación de hacer cumplir la Constitución Nacional para que los ciudadanos podarnos transitar libremente el territorio sin tener que soportar esos cortes que obligan a desvíos por caminos no siempre conocidos, con un mayo costo de combustible e inversión de tiempo? y b) donde está la Concesión del peaje, que no asegura a los “clientes” la libre transitabilidad de la misma?
Hoy en la Autovía 2 son los vecinos de Lezama; ayer fueron los productores del campo; otras veces son diversos gremios (como ocurrió hace algún tiempo en el acceso a nuestra ciudad), quienes toman la ley por su mano y ejercen su derecho perjudicando a miles de compatriotas que nada pueden hacer para resolver sus problemas.
Me parece que el agua está colmando el vaso y es finalmente el momento de reflexionar; por una parte, las autoridades competentes para hacer cumplir las leyes, y por otro, los ciudadanos, que deben de una vez por todas recordar que sus derechos terminan donde comienzan los de los demás.
Así como con el tema de la inseguridad, en este caso también la paciencia está llegando al límite. Tenemos que esperar a que el Pueblo decida hacer justicia por mano propia?
Gracias por su atención. Le saludo Atte.