Por Juan Pablo Malagutti, del Movimiento Libres del Sur.
La incoherente actitud de Pulti hace pensar que está más cerca de Morales y Carrió que de Kirchner.
La judicialización de los manifestantes que el martes pasado tomaron el Concejo Deliberante es promovida por los continuos embates mediáticos que propinaron Artime, en primer término, y el intendente Pulti, en segundo término.
En una semana donde se dirimió la renuncia de Emilio Pérsico y se inició la cacería mediática de Milagros Sala, ante la toma del Concejo Deliberante, hecho merecedor de una autocrítica (que los movimientos sociales sí realizaron pero que lamentablemente no fue reflejada en casi ningún medio), el Intendente sale a alertar y adoctrinar con la carta de la judicialización de los manifestantes de las cooperativas.
Esta fisura político ideológica - ya que Artime y Pulti también poseen ideología y son actores políticos - va desnudando las contradicciones inmersas en el seno del kirchnerismo.
Con la misma dureza que se expresa el repudio a la persecución judicial y mediática que sufren organizaciones populares que son afines al Gobierno, tendría que responder el Pultismo y el Kirchnerismo local ante la cacería de brujas que se comete contra los cooperativistas que, erróneamente pero con motivos más que valederos, protagonizaron la jornada del martes pasado.
En cambio, concejales kirchneristas, algunos de los cuales pertenecen al movimiento de Emilio Pérsico, y concejales de Acción Marplatense, que apoyan políticamente al gobierno de Kirchner, repudian junto a los concejales que responden a Morales y Carrió el accionar de “violentos”, “ideologizados” y “politizados” que utilizan “métodos pertenecientes a la dictadura”.
Piden la judicialización y ponen a la sociedad en clara oposición a los movimientos sociales utilizando el amarillismo mediático.
¿Y si Milagro Sala fuera marplatense? ¿Y si Emilio Pérsico fuera opositor al Gobierno? ¿Y si los cooperativistas fueran oficialistas?
La estigmatización es responsabilidad de todos y todas.
Los concejales oficialistas no advierten que “escupen para arriba”, que mientras ellos se regocijan en el repudio “republicano y democrático”, al mejor estilo Carrió y Morales, sus pares de la UCR y la CC, ríen por lo bajo al verlos convocados a su cacería de brujas nacional, la de los oráculos de la profecía autocumplida del “clima de violencia” que “genera el gobierno nacional”.
Este Gobierno puede salir bien o mal de este proceso político; eso es tarea y responsabilidad de quien se sienta oficialista.
Pero defender las herramientas de organización que autodesarrolló el pueblo para reclamar sus derechos es tarea de todos y todas, de oficialistas y opositores que dentro del campo progresista, nacional y popular buscamos cambios profundos para esta injusta y desigual sociedad.
¿Que quedará al final del camino para enfrentar a los poderosos si el Gobierno nacional claudica o es derrotado? No veo ni a los partidos de Carrió, Morales o Duhalde realizando esa tarea. Las cosas como son...
Los movimientos sociales van más allá de su relación con el Gobierno. No se puede ser oportunistas y pedir la cabeza de los cooperativistas en Mar del Plata, mientras se escandalizan por los embates a organizaciones hermanas de otra filiación política en otros lugares del país.
En última instancia el Gobierno nacional no se declaró a favor de los movimientos sociales, lo cual ya es muestra de debilidad, pero tampoco se unió a la derecha más reaccionaria.
En cambio, en Mar del Plata, el kirchnerismo pareciera que responde a Carrió y Morales...
ACLARACIÓN: Las opiniones vertidas en esta columna no siempre coinciden con el pensamiento de la Dirección General.