Luego de un larguísimo retraso de 5 meses y de innumerables reclamos populares de distinto alcance, el Municipio de General Pueyrredon, administrado por Gustavo Pulti, ha puesto a la firma los contratos mediante los cuales incorpora a 35 cooperativas, que incluyen unos 650 trabajadores, para la construcción de obras en los barrios.

Lo novedoso es que pone como condición para la firma un acta de “normas y regulaciones” que lisa y llanamente suponen un “corralito” para la miseria del trabajador, y que, sumadas al contrato en sí, arrasan con los más elementales derechos constitucionales de un trabajador.

A lo largo del contrato y del acta no hay ni una sola obligación laboral o salarial y mucho menos una ulterior responsabilidad por una falta a alguna de ellas destinada a los funcionarios municipales o al Estado Municipal.

El acta de Pulti reconoce como única persona habilitada a “elevar peticiones, sugerencias y manifestar inquietudes” al presidente de cada cooperativa.

Además, en otro punto del acta se prohíbe “la realización de asambleas” y la sola pretensión de “ejercer derecho a manifestarse en el interior de cualquier delegación y/o repartición municipal”.

De esta manera, Pulti invita a cada uno de los presidentes de las cooperativas (con 16 o más integrantes) a acodar una renuncia a los derechos de otros. Es decir, una invitación a conformar una verdadera “asociación ilícita”.

TRABAJADORES DE SEGUNDA

¿Cuál es el motivo de semejante pretensión esbozada en el acta?

Muy sencillo: el “plan de trabajo” que Pulti implementará pero que “creó” Cristina Fernández de Kirchner no contempla un sueldo que llegue a la canasta familiar (ni siquiera al límite de la pobreza): el “sueldo” trepará como máximo a $ 1.350.

Tampoco tendrá obra social, pues con el monotributo social, mediante el cual el Estado paga unos $20 por mes a la prestadora, ninguna obra social acepta dar prestaciones.

No pagará aportes jubilatorios, pues no los exigirá la Anses y los computará como años trabajados, pero no recibirá el aporte que cualquier patrón y también el Estado deben realizar, contribuyendo, al final, al vaciamiento jubilatorio.

No tendrá cobertura de ART, sino sólo un seguro de accidentes personal de discapacidad o de muerte.

Este “plan de trabajo” es de tal completa precariedad, que por eso es necesario abolir también los derechos que puedan asimilarse a los de agremiación o sindicales.

Pero en este momento en que Scioli no le paga a 70.000 bonaerenses los Planes Barrios, si algún cooperativista fuera beneficiario de este plan, por el acta de Pulti, podría perder el trabajo por el solo hecho de levantar la voz “en una dependencia pública” ante este atropello.

Ni hablar por solidarizarse con los reclamos de los restantes 79.000 desocupados de la ciudad, o por los despedidos de todos los días...

Esto es otra hilacha “nacional y popular”.

Ojo trabajadores municipales: hoy comienzan por los trabajadores de las cooperativas pero luego van por ustedes y sus derechos.

El “corralito” se puede convertir muy pronto, como en 2001, en un “corralón”.

UNA POLÍTICA ANTIOBRERA, CLIENTELAR Y PUNTERIL

Si dentro de una dependencia no se puede. Si afuera te saturan con prefectos y policías (de uniforme y también de civil. Si a veces la “ligás” y no te dan bola.. ¿qué hay que hacer?

Pulti nos dice: “no reclames justicia; hacete amigo del Juez”.

Ése es el mensaje disciplinador: es la pavimentación del camino que lleva al sometimiento y a tener que ir a aplaudir al acto oficial de los poderosos.

“Ganás plata” - les dirán Pulti, Scioli y Cristina.

Esta es la esencia del clientelismo y el pasto de los punteros.

Por eso, el Partido Obrero de Mar del Plata llama a repudiar este acta antiobrera y a exigir trabajo genuino para todos, sin extorsiones.

ACLARACIÓN: La opinión de los columnistas no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.