En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Obispo de Mar del Plata, Monseñor Juan Alberto Puiggari, celebró la misa en honor a la Virgen María.
Lo hizo en la Gruta de Lourdes, que estaba colmada de fieles que se acercaron por esta tradicional fiesta de la Iglesia Católica y también participaron una gran cantidad de niños que tomaron la segunda comunión de manos del Obispo.
“Hoy celebramos a la Virgen con este título tan lindo, Inmaculada Concepción. Esto significa que la Virgen nunca tuvo una mancha, nunca tuvo pecado; Dios en previsión de los meritos de Jesús la hizo totalmente limpia e inmaculada” explicó el Obispo en su homilía y luego indicó “si juntamos a todos los hombres buenos del mundo, a los santos y a los ángeles y los comparamos con la Virgen, ella es más grande porque es la inmaculada. Por eso la queremos tanto, ella nos enseña por gracia de Dios lo que tenemos que ser “.
“Vamos a agradecerle a María porque supo decirle que sí al Ángel y ser la servidora del Señor, y cuando Dios le dice vas a ser la madre de todos los hombres, la mujer más extraordinaria de todos los tiempos, vas a ser bendita por toda la eternidad, ella no se agranda ni se siente superior, por el contrario se siente esclava y servidora, quiere servir a Dios y guiarnos como Madre” remarcó Monseñor Puiggari.
Al finalizar su homilía el Obispo pidió con mucho énfasis “la gracia de ser como María y dejarnos conducir por ella”, e insistió fundamentalmente a los niños que tomaron su segunda comunión “chicos tómense de la mano de María y no se suelten nunca aún cuando tengan 90 años”. “Para María siempre vamos ser sus niños, y una madre siempre cuida de sus hijos con pasión. La Virgen no nos va a soltar y nos va a llevar al cielo que es nuestra meta, nuestra casa” concluyó Puiggari.