Lo dijo Mario Virgolini, director del Programa Nacional de Control de Tabaco del Ministerio de Salud. Por día, 110 personas pierden la vida a causa del tabaco.
Mario Virgolini, director del Programa Nacional de Control de Tabaco del Ministerio de Salud de la Nación, dijo esta mañana en declaraciones radiales que “en la Argentina cada año mueren 40 mil Sandros”, tras explicar cómo evitar que en nuestro país el tabaquismo siga siendo la principal causa de muerte evitable en hombres y mujeres en edad adulta.
Cada año en Argentina, mueren más de 40 mil personas por enfermedades relacionadas con el tabaco. “Si bien hay un descenso del porcentaje de fumadores en los registros oficiales de los últimos años, el 16% del total de las muertes de personas mayores de 35 años se deben a enfermedades relacionadas con el cigarrillo como afecciones cardiovasculares, cáncer y complicaciones respiratorias”, sentenció Virgolini.
Según declaró el titular del Programa Nacional de Tabaco, “cada día mueren al menos 110 personas a causa del cigarrillo, si hacemos el cálculo, son 40 mil muertes anuales, que son 40 mil Sandros desconocidos que padecen este tipo de problemas”. A modo ilustrativo, el funcionario ejemplificó que “si pensamos que un 747 lleva aproximadamente 350 personas a bordo, podemos deducir que el número de muertes es similar al que se produciría si cada 3 días se estrellara un avión de estas dimensiones y todos los pasajeros murieran”.
Para evitar que estas cifras continúen en aumento, “es fundamental seguir trabajando en la promoción de ambientes libres de humo que desencadenan el cese del tabaquismo o la disminución de fumadores”, añadió el funcionario de la cartera sanitaria nacional.
Por otra parte, el experto reveló que hasta el momento “ya existen diez provincias con legislación en este sentido” y agregó que “el tabaco no sólo daña la salud de las personas que fuman, sino también la de los que los rodean, además de que el humo se propaga y permanece en el ambiente mucho tiempo después de que se apaga el cigarrillo”.
El Programa Nacional de Control del Tabaco incentiva la creación de ambientes libres de tabaco en todo el país porque considera que los sistemas de ventilación actuales son ineficaces para disminuir las sustancias tóxicas presentes en el humo. Otras de las razones son reducir los efectos del tabaquismo pasivo en la salud en ambientes laborales, municipios, escuelas, bares y restaurantes 100 % libres de humo de tabaco, servicios de salud y hogares.
Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizadas por el ministerio de Salud de la Nación (2005), en Argentina hay un descenso del porcentaje de fumadores en el sector de los jóvenes. “Las últimas cifras nos han mostrado una disminución importante en la población adolescente, lo cual marca una tendencia que es irreversible”, aclaró Virgolini y precisó que “para sostener estos índices necesitamos del instrumento legal que permita pegar un salto más grande, como es la ratificación del convenio marco que está pendiente en el Congreso de la Nación desde 2004”.
¿Qué es el tabaco?
El tabaco es una planta de la familia de las Solanáceas. En el siglo VI ac., los indios del continente americano ya consumían el tabaco como parte de los rituales religiosos. Esta sustancia aún no se conocía en Europa hasta finales del siglo XV cuando fue llevado desde América por Cristóbal Colón.
El tabaco se inhala, se aspira, se mastica o se fuma. En la actualidad, los productos del tabaco en los países desarrollados se usan principalmente para ser fumados. Al fumar un cigarrillo, se genera un proceso de combustión incompleta, durante el cual ocurren tres tipos de reacciones químicas: pirólisis, pirosíntesis y destilación de ciertos compuestos.
El humo, producto de la combustión del tabaco, contiene más de 4.000 componentes, de los cuales más de 50 son sustancias que producen cáncer.
Otro de los problemas del tabaquismo son los filtros de los cigarrillos o las llamadas colillas, que están hechas de acetato y no son biodegradables, es decir, permanecen durante décadas en el ambiente antes de degradarse. Por su toxicidad, las colillas de cigarrillos representan un problema para la contaminación del ambiente. Al arrojar los filtros a la calle, generalmente la lluvia los acarrea hasta la fuente de agua más cercana, produciendo un desprendimiento químico que afecta la calidad del agua y en consecuencia, la salud de aquellos que la consumen.
Tabaco y embarazo
El hábito de fumar o la exposición al humo del cigarrillo durante el embarazo es peligroso porque el feto se alimenta con el oxígeno y los nutrientes que le llegan a través del cordón umbilical. Cuando la madre fuma, el bebé recibe todas las sustancias tóxicas del humo del cigarrillo, incluyendo la nicotina, además de recibir menos oxígeno.
Daños del tabaco en niños de madres fumadoras:
En recién nacidos
- Labio leporino y fisura del paladar; menos peso que lo esperado; mayor mortalidad; mayor frecuencia de muerte súbita del lactante. Los bebés amamantados por madres fumadoras, pueden sufrir inquietud, insomnio, vómitos, diarreas, succión débil y debilidad.
En niños
- Propensos a sufrir neumonías, bronquitis, asma y otitis. Diabetes juvenil; trastornos de aprendizaje, déficit de atención; mayor ausentismo escolar por las enfermedades asociadas con el tabaquismo pasivo; más consultas al médico; más probabilidades de ser fumador en la adolescencia.