Cada año la celebración de la Pascua actualiza en nosotros la fe y la vivencia del triunfo de Jesucristo sobre la muerte y el pecado, que nos compromete a ser testigos de la vida que ya no conoce el ocaso de la muerte.
La fuente inagotable de esta vida es la resurrección de Jesucristo. Esta verdad sobre la cual se sostiene nuestra fe, queremos compartirla hoy nuevamente entre nosotros y con todos los hombres de buena voluntad.
Este es el día de la Esperanza... la Resurrección del Señor ilumina las zonas oscuras del mundo en que vivimos. En torno al Señor Resucitado se unen y asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones y humillaciones, el dolor que provoca la enfermedad y la muerte, las injusticias, la vida humana no respetada...
En nuestros corazones afligidos resuenan sus palabras, “No tengan miedo yo he vencido al mundo...”; “Yo estoy con ustedes”. Cristo Resucitado está en medio de nosotros, especialmente cercano donde hay más sufrimiento. Él viene para irradiar la luz de la resurrección sobre todo aquello que está envuelto en las tinieblas del pecado y de la muerte, para iluminar el sentido de nuestra vida y el de nuestra patria bicentenaria.
Hoy quiero, con todo mi afecto, desearles a todos unas muy felices y santas pascuas y saludarlos, con el mismo saludo de Cristo a sus Apóstoles, “la paz esté con ustedes”.
Con mi afecto y bendición,
+ Juan Alberto Puiggari
Obispo de Mar del Plata
Pascua de 2010