En agosto pasado concurrimos con la esperanza de llamado a la jornada de trabajo convocada por el concejal Dr. Fernando Rizzi quien señalaba el déficit verde de la ciudad con el consecuente incumplimiento de la ley 8912 de ordenamiento territorial.

La población expresaba una voluntad: Casa de la Cultura en el Jules Dormal y plaza; claro está ninguna de estas propuestas fue atendida por nuestros representantes.

En lo personal, por aquel entonces, sólo reclamaba TRANSPARENCIA, es decir, que las versiones sobre el destino de esas tierras y el nombre del adjudicatario fuesen aclaradas... aclaración que, dicho sea de paso, nunca llegó.

Esta ciudad está cansada de ver como los sueños se diluyen a los pies del servilismo que muchos de nuestros políticos parecen otorgar al supra-empresario polirrubro Florencio Aldrey Iglesias, virtual intendente de facto de Mar del Plata.

Se diluyen los sueños de la misma forma que fueron blanqueados los frescos del artista marplatense Abel Magnani de la cúpula del Hotel Provincial.

Aquellas primeras sospechas parecieron confirmarse a la luz de la presentación del proyecto Mariani; pero luego el Intendente dejó claro el carácter de favorito al no asistir a la presentación del arquitecto tucumano César Pelli, indudablemente uno de los mejores arquitectos del mundo (a pesar de lo desfavorable de su proyecto de centro comercial, que, sin dudas, no es el mejor Pelli que conocemos por su famosa obra).

Solemos escuchar en la calle una suerte lógica de pensamiento binario, la lógica de los barras bravas: si no estás conmigo o no pensás lo que yo pienso, estás con el del enfrente.

Por ese odio visceral que a los marplatenses nos despierta el ibérico operador político, le hemos abierto complacientemente las puertas de la opinión pública a otras propuestas igual de arbitrarias, puesto que exponen proyectos cerrados y contrarios a la normativa vigente.

Reflexionemos juntos en este punto: cuando se construye una casa y consultamos a un arquitecto, preguntará la cantidad de miembros de familia, podremos plantear la necesidad de tener un estudio, una biblioteca, el profesional estará condicionado por el presupuesto y el terreno; el análisis se ajustará a su aporte y estilo, pero las comodidades y usos los planteará el propietario.

Esas dos manzanas son de todos los marplatenses; por lo tanto, en ningún caso puede funcionar ahí un shopping para usufructo de unos pocos.

Las tres propuestas son ilegales e inconvenientes, más allá de estar plagadas de bonitos eufemismos a la hora de llamar “plaza” a un patio interno que, según los planos, terminará siendo el patio de comidas de un shopping. Poco de plaza tiene lo que abre y cierra en horario comercial o esconde la palabra privatización.

No son los únicos tres proyectos; son los únicos que este gobierno está teniendo en cuenta. Hay innumerables intervenciones de arquitectos de nuestra querida universidad.

Los tres proyectos avanzan sobre la calle Rawson de manera superficial o aérea.

Vale subrayar el carácter de BIEN PÚBLICO de la obra que está amparado por nuestro código civil. Sin embargo, los tres grupos económicos plantean, en el mejor de los casos, una suerte de servidumbre de paso.

Ni en la mieles de la corrupción menemista, Arenales y Coronel Díaz pudo seguir cerrada al tránsito en Alto Palermo Buenos Aires, y aclaremos que esa calle había pertenecido a la tradicional cervecería Palermo, siendo una de las tantas propiedades privadas mal emplazadas sobre trazado urbano.

Una calle puede estar cerrada al tránsito por un bien social superior, el disfrute de niños en bicicleta (caso de las plazas de 4 manzanas), hospitales, dependencias públicas, paso a nivel que revista peligro, el ejemplo de la ex terminal e incluso una peatonal a cielo abierto, pero jamás un cierre de calle lo podría provocar un shopping o centro comercial, ya que además de ilegal sería ridículo.

Otro dato muy oscuro y negativo de esta historia es el antecedente que esa estación tuvo 4 manzanas, dos de las cuales fueron entregadas al loteo por malos gobiernos.

Debe recordar la gente de Procuración Municipal, que dio los dictámenes positivos, y también el Intendente que el funcionario público que dictare resoluciones u órdenes contrarias a las constituciones, leyes nacionales o provinciales será reprimido con prisión e inhabilitación, tal lo establece el art. 248 C.P.

Entonces, según con la normativa vigente, los tres proyectos violan la Ley Provincial 12573 reguladora de Grandes Superficies Comerciales, ya que con la superficie a construir, no pueden instalarse en áreas urbanas ni semi urbanas.

Lo prohíbe expresamente la legislación provincial, en concordancia con los decretos regulatorios y la LEY DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y USO DEL SUELO.

Siguiendo esta línea vemos como parte de un siniestro ardid o simple desidia, ha dejado al barrio sin respuesta todos estos meses, configurando una tierra de nadie en la ex Terminal.

Como resultado de la inacción del Gobierno marplatense, una simple encuesta de opinión arrojará que a la mayoría vecinos les importa poco qué se haga, pero reclaman que se haga ya, abriendo las puertas a lo comercial por sobre lo cultural y lo público, fin para el cual se estableció la donación de las manzanas 97a y 97b mediante la ley conocida como Saggese.

Volviendo a los sueños y propuestas, el sentido común debiera marcar el uso de esas tierras en una zona que pierde todos los días un chalet a cambio de una gran torre y que tiene las plazas cercanas, Mitre y Colón, saturadas todos los fines de semana o cualquier día de temporada.

Creo que sería deseable un nuevo espacio verde para acompañar el edificio cultural. Ante este argumento, algunos señalan el mal estado de todos los parques y vale decirles que “un mal no justifica jamás otro mal”; mejoremos a todos ellos, tanto por su disfrute como por la seguridad.

Además es muy necesaria la apertura de Rawson, donde puede ser tema de opinión tanto la peatonalización como la circulación vehicular, quizás restringida por una calzada angosta.

Bueno es recordar que nada mejor le pasó a la ciudad en cuestión urbanística en los últimos años que la recuperación de las plazas en manzana 115, frente al Casino, y en Güemes y Roca (del Agua).

Asimismo por qué no plantear el uso en todo o parte de este edificio a fin de reducir los casi 2 millones de pesos anuales que este municipio malgasta en concepto de alquileres para el funcionamiento de algunas dependencias.

En definitiva, gracias al concejal Guillermo Schütrumpf, pasó otra jornada de trabajo, otra sesión de catarsis tras la cual poco quedó en claro.

Quiero pedirle prestadas las palabras al compañero Lucas González cuando dimos pelea para salvar los árboles de Libertad: “Señores funcionarios, no le pedimos que mejoren el mundo, por lo menos no lo empeoren”.


ACLARACIÓN: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.