Lo que el 22 de Abril pareció ser sólo otro lamentable accidente de una plataforma petrolera “off-shore”, hoy se ha convertido en la mayor catástrofe ecológica producida por la irresponsabilidad del hombre.

En la noche del 22 Abril de 2010, un “golpe de rebote” de gran presión, derivado de la propia perforación, calculado en 100.000 libras por pulgada cuadrada (psi) disparó una columna de choque de gas metano y petróleo hacia el pozo perforado a 18.000 pies (5.486 metros) bajo el fondo del lecho marino de la plataforma “Deepwater Horizon” del holding empresario “BP-AMOCO” (británico/norteamericano) que se asentaba a 5.000 pies (1.665 metros) sobre el fondo marino del Golfo de México. El impacto y las catastróficas explosiones posteriores (8), incendiaron y hundieron ésta plataforma petrolera, que tenía el tonelaje y tamaño de un portaaviones, haciendo volar la cubierta del pozo, desconectando también la brida (válvula) de seguridad e inutilizando a la vez, los pozos de escape (aliviadores de los escapes de presiones súbitas), desatando una catástrofe ecológica que pone en riesgo no sólo al Golfo de México, sino que parece amenazar al mundo entero ante la falta de respuesta y fracasos para controlar el derrame de manera certera e inmediata.

Si todos los mecanismos y soluciones que está intentando el equipo de crisis de la “BP-AMOCO” para detener el derrame fracasan como hasta ahora, los 4.2 millones de galones de petróleo por día, que se calcula, están fluyendo hacia las aguas del Golfo de México, podrían aumentar hasta los 50 millones de galones al día en el peor de los escenarios posibles imaginado por los científicos. Será como una verdadera erupción volcánica, que en ves de lava, lanza gas metano y petróleo desde el lecho marino a las aguas del golfo

El oceanógrafo John Kessler de la Universidad A&M de Texas, llegó a señalar: “…ésta es la erupción de gas metano más poderosa en la historia humana moderna y puede convertir a todo el Golfo de México –en lo que él llamó- una zona muerta.”

Informes Preocupantes

Según reportes provenientes de fuentes de información rusas, entre los científicos convocados por el comité de crisis de la “BP-AMOCO” para operar en la zona del desastre, analizar la situación y recomendar cursos de acción se encuentra el Ingeniero Anatoly Sagalevitch del Instituto Shirshov de Oceanología de Rusia. Este científico posee el récord mundial de buceo profundo y experiencia en tripular los dos vehículos de inmersión profunda de Rusia, los minisubmarinos “MIR 1” y “MIR 2” que poseen capacidad para llevar a sus tripulantes hasta los 6.000 metros de profundidad (19.685 pies).

Anatoly Sagalevitch y sus colegas de la Academia Rusa de Ciencias, han sido los únicos seres humanos que han estado en el sitio del derrame haciendo una inspección y exploración visual directa y no por medio de censores remotos (cámaras-robot submarinas de gran profanidad) que son empleadas desde el día posterior al incendio y explosión de la plataforma petrolera.

Según el “Informe Sagalevitch” presentado al comité de crisis de la “BP-AMOCO”, advierte que el fondo marino del Golfo de México ha quedado fracturado irreparablemente y sugiere que, solucionar tal problema ameritaría la “toma de medidas extraordinarias” para detener el flujo masivo de petróleo.

En su exploración, Sagalevitch y sus colegas detectaron que el derrame no sólo proviene del pozo de 22 pulgadas que se muestra actualmente por televisión (Natgeo), sino de por lo menos otros 18 sitios sobre el fondo marino fracturado, siendo el más grande, el de una falla de 11 kilómetros dese el “punto dato” del hundimiento de la plataforma “Deepwater Horizon” y ésta sola fuga estaría liberando unos 2 millones de galones de petróleo por día a la superficie de las aguas del Golfo de México. El reporte es muy concreto al sostener que la tremenda explosión surgida de la liberación de gas metano provocada por la perforación del pozo a esas profundidades, fue tan atroz que provocó una fractura geológica (falla) en el fondo marino, aparentemente, sobre la misma superficie que ocuparía el yacimiento.

La Opción Nuclear

Dos prominentes norteamericanos parecen ratificar esta información de los medios de prensa rusos. Uno es el Senador por el Estado de Florida, Bill Nellson, quien en declaraciones a la cadena de noticias “MSNBC” expresó: “… Estamos viendo algo nuevo justo ahora, hay reportes que el petróleo está filtrando directamente del fondo marino y en este sentido, los problemas a los que nos estaríamos enfrentando podrían ser enormes.”

El otro es, el ex-asesor en energía del Presidente George W. Bush, Mattheu Simmons, a quien se sindica también como prominente asesor dentro de la industria petrolera, quien en el programa “Fast Money” de la cadena “CNBC” declaró también que: “… Hay otro gigantesco derrame en el Golfo de México que bombea tremendas cantidades de petróleo a la superficie.” Señalando además que Estados Unidos tiene sólo dos opciones por delante; una, dejar que se seque el pozo (lo que podría tardar 30 años y arruinaría entonces, no sólo al Golfo, sino a todo el Océano Atlántico Norte) o, la segunda y última, detonarlo nuclearmente. Cabe aclarar que Mattheu Simmons y el ingeniero Anatoly Sagalevitch, autor del informe, son colaboradores y amigos desde hace muchos años.

Además el ingeniero de la Universidad de Texas e integrante del “comité de crisis” de la “BP-AMOCO”, Michael E. Webber, señaló a medios de prensa norteamericanos: “… La detonación nuclear del fondo marino está comenzando a sonar sorprendentemente factible y apropiada.”


Además, en un artículo publicado por el “Daily Beast” el investigador sobre política nuclear y ex oficial naval Cristopher Brownfield escribió: “… Ya hubiéramos demolido este pozo con explosivos hace un mes y todavía vemos con insoportable suspenso, mientras la “BP” va usando y descartando torpemente, plan tras plan, sólo para recuperar su petróleo y cubrir su propiedad.”

Todo Concuerda

Un informe del Departamento de Energía de los Estados Unidos sobre el uso pacífico de explosiones nucleares en la ex URSS, certifica que ésta ex potencia mundial, utilizó armas nucleares en cinco (5) ocasiones distintas entre 1966 y 1981 para apagar exitosamente pozos de gas y petróleo en la superficie, el informe indica que uno sólo de esos intentos habría fallado.

A partir del “Informe Sagalevitch” el propio gobierno ruso estaría presionando a Estados Unidos para aceptar la opción nuclear y frenar el derrame.

A su vez, el diario británico “The Telegraph” afirmó hace unos días que la Administración del Presidente Barack Obama ha indicado que no está discutiendo la opción nuclear para dar fin a la catástrofe ambiental. Tal afirmación es la que pondría a la Administración Obama en conflicto con la opinión de los expertos rusos y norteamericanos que la sugieren antes que todo esté perdido, según han advertido.

Las razones de la Administración Norteamericana para negarse a cerrar el derrame de crudo por medio de detonaciones nucleares que causaran un mini sismo artificial y sellara la falla geológica producida, se basa en el impacto que el uso de un arma nuclear tendría sobre la comunidad internacional y las regulaciones internacionales que a futuro, podrían restringir la explotación petrolera “off shore”, máxime en el Golfo de México que aparentemente es la única región marítima del planeta capaz de aumentar su producción.

Mientras la catástrofe ambiental en el Golfo de México sigue creciendo y los intentos de solución fracasan, hay otros signos de alarma en la comunidad científica internacional. La preocupación proviene por los “venenos” utilizados por la “BP-AMOCO” para dispersar la mancha de petróleo que están siendo recogidos por las nubes y cayendo como lluvia tóxica que destruye a todas las plantas que toca.

El resultado final de este desastre ambiental todavía es incierto, pero la pregunta que se impone es ¿puede el mundo seguir aceptando, en total ausencia de opinión, la posibilidad de su propia destrucción en beneficio de las utilidades económicas de tan pocos…? Por lo analizado, si la opción nuclear es la alternativa, las aguas del Golfo de México y su valioso ecosistema, ya están condenadas a muerte, nadie puede asegurar con certeza, cuáles serán los índices de radiación y sus efectos contaminantes en el tiempo.