En el colegio era un joven muy tímido. Su primera relación sexual fue a los 16 años, luego de que un amigo de su padre, 20 años mayor que él, le hiciera la temida pregunta: “¿Y vos ya debutaste?”.

Ante su negativa, el hombre tomó la decisión de llevarlo a un burdel no muy lejos de ahí. “Fui dos veces y me encontré con una mujer muy amable”, dice López sin cambiar nunca su tranquilo tono de voz. Para él, fue una experiencia positiva, que sólo se repitió dos veces hasta que consiguió novia.

En esa misma época quiso ser arquero. Sus 1,85 metros de estatura dan crédito de esto. Jugó a nivel profesional para equipos sub 20 e, incluso, fue solicitado por un equipo en España. “Yo sabía que nunca iba a poder ser arquero de selección”, recuerda este sexólogo de 36 años, quien finalmente optó por estudiar psicología y dejar de lado sus aspiraciones deportivas.

Cuando estaba recién graduado, le propusieron hacer un programa sobre sexo para un canal local. Tuvo que hacer notas que para ese entonces eran polémicas como, por ejemplo, entrar a un sex shop, hablar con curas sobre sexo en la iglesia y entrevistar a parejas homosexuales. Desde ese momento supo que la sexología era lo suyo.

Su padre, un psiquiatra, y su madre, una maestra de primaria, fueron desde siempre y siguen siendo sus confidentes en temas de sexo. A sus 13 años habló con ellos por primera vez sobre la masturbación: “Siempre me transmitieron que se trataba de algo normal”, recuerda.

Desde hace más de diez años también se dedica a dictar talleres sobre sexo en toda Iberoamérica. No se asusta con nada ni actúa sorprendido por más que le hablen de temas incómodos. A él no le gusta dar rodeos ni ocultar el sol con un dedo, dice las cosas como son. Durante las sesiones no sólo hay charlas teóricas, sino también actividades que involucran el cuerpo, como ejercicios de relajación, sueño dirigido y baile.

Uno de los talleres que más participantes tiene es el que dicta sobre seducción, el cual implementó luego de recibir la primera lección del tema por parte de su padrino: lo fundamental es hacer sentir a una mujer como a una verdadera reina, la única y la más importante.

La dinámica consiste en combinar actividades físicas con charlas teóricas en las que da algunos consejos para conquistar. Uno de los que más recomienda porque para él ha resultado muy efectivo, es el de parecer desinteresado en la persona hacia la que se siente una atracción.

A pesar de su experticia en temas de sexualidad y de pareja, hace nueves años López se divorció. No tiene hijos y ya no cree en la monogamia. Sin embargo, ha disfrutado de una vida sexual plena y de los beneficios de conocer muy bien el cuerpo femenino y la psicología sexual de las mujeres.

De hecho, para él uno de los grandes problemas que tienen las parejas es la falta de creatividad, que termina convirtiéndose en monotonía. Su consejo es renovar y utilizar mucho la imaginación.

Fuente: El Espectador (Colombia)