Ya sea por los faltantes de garrafas o por los sobreprecios que se pagan por ellas cuando se las consigue, más de dos millones de personas en todo el país tienen problemas a la hora de conseguir el combustible que se usa sobre todo en los hogares de menores ingresos.

Así lo estimó la Defensoría del Pueblo de la Nación tras hacer un relevamiento entre sus distintas oficinas del interior del país. Por eso, ayer el organismo pidió al Gobierno que interviniera de manera urgente en la provisión de este combustible, consumido por unos 4 millones de hogares, básicamente de menores recursos.

Según comentó Anselmo Sella, Adjunto 1 a la Defensoría, el organismo recibió en los últimos días centenares de quejas de los usuarios por las dificultades para conseguir la garrafa de 10 kg que, según la Resolución 197/2010 de la secretaria de Energía- debe ser vendida a $16. Los reclamos también están referidos al precio excesivo que pagan los consumidores cuando logran acceder a ellas.

Ante esta situación, en plena ola de frío polar, el organismo pidió a las secretarías de Energía y de Comercio Interior que “garanticen el suministro adecuado de gas en garrafas, imprescindible para las familias de más bajos recursos en amplias zonas del país”, señaló en la nota enviada al Gobierno.

Según explicó Sella, el Enargas ya dispuso un aumento en los cupos en la zona Norte del país, la más afectada. Sin embargo, el problema sigue sin solucionarse. “Y no es que falte gas, sino que no se entrega”, señaló.

“Hay elementos extraños a la administración y otros que no”, señaló el ombudsman.

En la escasez de garrafas intervienen distintos factores. Por un lado un aumento del consumo debido al otorgamiento de la Asignación por Hijo que incentivó la demanda. En ese sentido, también talla el hecho de que a partir de la implementación del programa “Garrafa para Todos” en setiembre del 2008, se amplió el universo de compradores. Hasta ese momento accedían a la garrafa social quienes certificaban que no tenían recursos.

A esto se suma una migración de usuarios que compraban el tubo de 45 kilos que cuesta $220 al gas envasado en garrafas, que tiene un precio más económico. Otro ingrediente, que se comenta “off the record” es el contrabando que existe en las fronteras de países limítrofes como Brasil, Bolivia y Paraguay, donde el precio de las garrafas duplica al valor local.

Finalmente, otro ingrediente que acentúa la escasez de garrafas con los inconvenientes generados entre productores, fraccionadores y distribuidores del mercado doméstico por disidencias en materia de precios.

“Evidentemente no sólo hay un crecimiento de la demanda sino también un efecto precios que no se puede soslayar”, señaló un empresario ligado al sector. Y ejemplificó: “Hoy una garrafa cuesta menos que una bolsa de carbón o que un kilo de carne”, dijo.

No obstante, “todas estas razones, no justifican la falta de gas”, opinó el Defensor del Pueblo. Para tratar el tema, el lunes se van a reunir todos los eslabones de la cadena con funcionarios de la secretaria de Energía y del Enargas. “Se está trabajando para encaminar el tema”, opinó un empresario que participa de las negociaciones. “Pero si el frío sigue, la cosa se va a poner fea”, vaticinó.