El gestor aeroportuario público AENA informó que los controladores se ausentaron de sus puestos de trabajo de forma masiva. El espacio aéreo de la capital española y el que depende de él quedaron cerrados, al igual que el de Canarias, en lo que se interpreta en el país como una huelga encubierta.

Los reguladores ya habían mostrado su oposición a una regulación por parte del gobierno del máximo de horas que pueden trabajar, una medida que fue ratificada por el consejo de ministros.

El Ministerio de Fomento reunió un gabinete de crisis con su titular, José Blanco, a la cabeza para hallar soluciones al caos, que según sus estimaciones afectará a más de 150.000 personas que pretendían viajar entre la tarde de hoy y mañana, coincidiendo con el puente de la Constitución. El lunes y el miércoles son festivos nacionales en España.

Según medios españoles, los controladores esgrimieron estar de baja médica para ausentarse de sus puestos de trabajo. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido movilizar médicos para confirmar su estado de salud.

AENA recomendó a los pasajeros que no vayan a los aeropuertos.

“La decisión de paralizar el tráfico aéreo en el país es de una extrema gravedad que, además de constituir una falta muy grave, puede ser sancionada con el despido disciplinario de los controladores que se nieguen a trabajar”, indicó el gestor aeroportuario, que destacó que esa negativa constituye un delito en el Código Penal.

En Madrid, numerosos aviones que estaban ya en la pista de despegue o se dirigían a ella tuvieron que dar marcha atrás. Sólo los aviones que se encontraban en aproximación final al aeropuerto pudieron aterrizar. El resto de las aeronaves en vuelo iba a ser desviado. En todo el país, numerosos vuelos sufrían retrasos esta tarde.
Fuente: DPA