El proceso se inició cerca de las 18.30 en el área circunscripta entre Mechongué y Miramar, mientras la temperatura oscilaba los 35º C y una formación nubosa muy oscura y densa ocupaba la mayor parte del cielo.

Intempestivamente, la amenaza de temporal se volvió certera, pues un torbellino de enormes dimensiones se generó a la vera de la ruta 88, cerca del kilómetro 48.

Así comenzaron a volar partes de árboles, sembradíos y polvo, que invadieron con rapidez la ruta e hicieron temer lo peor ante la abrupta baja en la visibilidad y la considerable cantidad de vehículos que se desplazaban por ella en ese momento.

La mayoría de los conductores tomó las precauciones del caso y aguardó a la vera del camino, mientras observaba lo que ocurría, entre miedo y sorpresa. Por eso, no hubo que lamentar ningún accidente de tránsito.

Cabe destacar que, a raíz del mismo fenómeno, el viento reinante redujo la temperatura en más de 15 grados y provocó la caída de árboles, cables, postes de iluminación y algunos carteles en el Partido de General Alvarado.