La primera en verter su opinión fue Catalina, quien manifestó: “recién empieza la temporada y ya empezamos con estos problemas, nada menos que en el centro…” “Me da la sensación de que verdaderamente estamos en la patria de los ocupas”, completó.

A colación, Mariana, otra usuaria de Facebook, dijo: “estamos en un país donde la ley no se cumple; ni el Código Penal ni la Constitución. Encima, desde arriba, insisten con darnos malos ejemplos”.

“Con mi familia – comentó, a colación – vivimos en un barrio oscuro, lleno de caras de prontuario, donde el colectivo pasa cuando se le da la gana y donde, si llueve, no podemos movernos a ningún lado”.

Y continuó: “como no tengo trabajo para pagar los impuestos y estoy cansada de vivir lejos del centro, se me ocurrió tomar parte de la Plaza Colón, pues si llevo unos cuantos a hacer lío, capaz que me dan una casa nueva”. “Al fin y al cabo – resumió – padecemos una interminable cadena de injusticias”.

Poco después, Leandro no dudó en comparar todo lo que se había dicho con lo que hace años reflejaba el viejo tango Cambalache, de Enrique Santos Discépolo.

Por su parte, Laura expresó: “acá, las cosas son sencillas. Si sos un croto con antecedentes penales, podés hacer lo que se te dé la gana para lograr lo que querés… hasta conseguir casa con escritura y todo. Pero los que nos rompemos el alma trabajando para tener una casa mejor, darles un mejor colegio a nuestros hijos y forjar la vida que nos merecemos, seguro que vamos presos”.

Y continuó: “se llenan la boca hablando de igualdad, mientras no te dejan ni un metro de arena gratis. Por ende, si no pagamos, nos jodemos”. “Lo peor – se quejó Laura – es que si estos otros tomaran una playa privada, seguro que les contratarían hasta un DJ”.

La concejala Vilma Baragiola, de la UCR, tampoco fue ajena al debate, y simplemente esgrimió: “gracias por el dato”.

A su turno, Ramiro, otro de los cibernautas, confesó: “en este momento estoy mirando la Vieja Terminal y la verdad es que me estoy tentando...” “¡Má sí! Yo me mando y no me voy hasta que no me den una casa...”, subrayó.

Luego, Lucía se entusiasmó con la propuesta: “yo voy con vos. Es una excelente idea. Ya me cansé del lugar donde vivo… mal, lejos y trasmano. En ese predio podemos hacer duplex, triples o propiedad horizontal, poner kioskos para vender de todo, incluso alcohol y además. Quién te dice que hasta nos animemos a armar una peña y una salita para atender a los mamados que se acuchillan de madrugada”.

A continuación, Luis hizo otro aporte para reutilizar el local en el que antes funcionaba Blockbuster: “Y si la Municipalidad lleva ahí los puestitos de películas truchas que emergen en la Av. Luro”, se preguntó.

Miguel, en cambio, puso paños fríos a la cuestión y salió en defensa de la otra parte: “sinceramente estoy cansado de escuchar a las personas que se consideran inteligentes y capaces y que a la vez hablan de los demás sin ni siquiera ponerse en su lugar. Con liviandad los acusan de chorros, ocupas y no sé cuántas cosas más”.

“Está claro que no justifico esas conductas – reparó - pero el problema es que esa gente no tiene Facebook para defenderse”.

Más adelante, en tanto, aseveró: “mejor pregúntense de dónde viene el problema. Piensen qué pasó hace 20 años en el país y qué fue lo que hizo que estas personas queden excluidas y sin los derechos de los que ustedes sí gozan, como salud, educación, etc. Reflexionen también que sería de sus vidas si hubieran sufrido dicha situación de exclusión y miseria; o que harían con esa gente si fueran Gobierno. ¿Los eliminarían?”

Por último, sostuvo: “qué hacer con la gente que ni siquiera tiene la capacidad de pensar claramente porque no tuvo lo suficiente para comer cuando era niño”. “No le echen la culpa al Gobierno actual de cosas que tienen su origen en otro momento”, concluyó.

Mirta se solidarizó con su postura y remarcó: “estoy de acuerdo con Miguel. Yo no tengo trabajo y sé que esto viene de hace mucho tiempo, desde antes de los 90, con políticas de exclusión que fabricaron esta situación de miseria y de hambre. Pero, a la vez, considero que no es verdad que el actual gobierno no pueda hacer nada significativo para incluirnos. Y si digo incluirnos es porque yo soy una desaparecida civil, sin derecho a trabajar”.

“Lo que sucede – amplió Mirta – es que, como tengo valores, no salgo a robar ni a tomar nada que no sea mío”. “Tampoco culpo a quienes lo hacen, aunque creo que la solución no es darles parches ni premios, sino un plan de hambre cero y de inclusión en serio. La respuesta está en planificar políticas de Estado acordes al drama argentino”, disparó.

En otro de los comentarios, Cristina pronunció: “el ser humano tiene derecho a una vivienda digna. Pero cuando los gobiernos, en lugar de solucionar, excluyen, pasan estas cosas. Es inevitable”.

Gastón, en tanto, afirmó: “estigmatizar por derecha es tan malo como hacerlo por izquierda. Nadie es una pura víctima de la sociedad. Por ende, hay que hacerse cargo del destino”. “Que haya corrupción no significa que tenés piedra libre para hacer cualquier cosa. Y si nos pondríamos a hilar fino, nos tendríamos que ir 80 años atrás, no 20… Demasiado tiempo para buscar culpables”, agregó.

Al finalizar, Carlos se explayó: “lo terrible es que esto no es tan simple como hablar de derechas o izquierdas, un vocabulario demasiado perimido para mi gusto. Se trata de hablar de respeto, de propiedad privada, de no avasallar por la fuerza”. Y añadió: “el hecho de estos trapitos es un delito y, en consecuencia, la ley debe actuar, ya que si la fuerza es razón y argumento, estamos en el horno”.

Además Norberto aportó lo propio: “me parece que también habría que considerar la ocupación que hay en la Perla, fundamentalmente en las calles Balcarce, 3 de Febrero y 11 de Septiembre, donde, paso a paso, toman casas y hoteles viejos y tiran colchones en las esquinas”.
Fuente: Cazador de Noticias