Sergio Torres salió de Mar del Plata para probar suerte en Inglaterra. Le dijeron que no servía y trabajó en una farmacia. Ayer jugó en el “Teatro de los Sueños”. Su modesto equipo Crawley Town, no pudo con el todopoderoso Manchester United pero el estuvo ahí a un paso de la gloria.La BBC o el diario Marca son algunos de los medios del mundo que contaron su historia que bien vale una película.
Los hechos se inciaron en el 2004, cuando un joven argentino, apasionado por el fútbol como muchos otros, se encontró en una encrucijada. Hacia un lado estaba el negocio familiar, una fábrica de ladrillos en Mar del Plata. Hacia el otro el sueño de ser jugador profesional.
Sergio Torres tenía 20 años cuando tomó la decisión que le cambió la vida. Entendió que si a esa edad no había logrado dar el salto al fútbol profesional en Argentina difícilmente iba a ocurrir en un país donde saltan a la cancha jugadores más jóvenes, o las viejas glorias que regresan a casa tras una carrera en la élite del fútbol europeo.
Fue cuando empacó sus cosas, gastó sus ahorros en un boleto de avión y se fue a probar suerte a Inglaterra, donde había sido invitado para someterse a unas pruebas con el Brighton, equipo de la tercera división del fútbol inglés.
“Tenía mucha esperanza. Mi agente había enviado un video y me invitaron por dos semanas”, ha contado Torres en las cada vez más frecuentes entrevistas a medios nacionales y locales en el Reino Unido.
Pero la realidad que lo recibió en la costa del sur de Inglaterra fue completamente diferente a lo que esperaba al ser descartado por el entrenador del equipo por “no ser lo suficientemente rápido ni fuerte jugar en el fútbol inglés”.
Pese a tener boleto de regresó a Buenos Aires, Torres decidió quedarse para aprender bien el idioma y adaptarse al estilo agresivo, físico y de pelotazos que está arraigado en las divisiones inferiores de Inglaterra
De la farmacia al campo
Sergio consiguió entrar en un club aficionado y encontró trabajo en una cadena de farmacias, Boots, en donde estaba encargado de controlar el inventario de las estanterías.
Torres tuvo que adaptarse a la vida en Inglaterra como cientos de jóvenes inmigrantes que llegan cada año a probar suerte. “Cuando Carlos Tévez se mudó para acá el llegó con toda su familia. Yo no pude hacer eso, tuve que buscármela solo”, comentó en un periódico local Bucks Free Press.
La rutina diaria de Torres era levantarse a la 5:30 de la mañana, ir al trabajo en bicicleta bajo la lluvia e ir en bicicleta a los entrenamientos en la noche.
“No estaba seguro de quedarme o regresar a casa, porque extrañas muchas cosas, como tu familia, tus amigos, tu cultura”, dijo en una entrevista con el diario The Telegraph.
Pero Torres se quedó y durante un partido amistoso de pretemporada en 2005 logró su primer gran salto al fútbol profesional y comenzó a escribirse la leyenda del “Maradona” de las divisiones inferiores en Inglaterra.
Su equipo, Basingstoke, perdió 8 a 2 frente al Wycombe Wanderers, cuyo entrenador, John Gorman, quedó deslumbrado por la figura de un jugador de pelo largo que le gustaba llevar la pelota pegada al pie, algo inusual en los partidos de esa categoría.
Con Wycombe vivió momentos de gloria, como la semifinal que jugó frente a Chelsea por la Copa de la Liga en 2008, hasta el punto de subir otro peldaño en su carrera hasta llegar a la “Championship” -segunda división- junto al Peterborough.
Pero se trató de una ilusión pasajera para ambos. Peterborough descendió y Torres fue puesto en la lista de transferibles. Varios equipos sondearon su posición, pero nada se concretó hasta que llegó una oferta de Crawley Town, un equipo semi-profesional, tres divisiones inferiores.
La apuesta no ha podido resultar mejor y Crawley se ha convertido en la sensación de la temporada, convirtiéndose en el primer club que no pertenece a la liga profesional en Inglaterra en alcanzar la 5º ronda de la FA Cup desde 1994, con Torres en plan estelar, anotando el gol de la victoria frente a Derby County.
Siete años han tenido que pasar para que Sergio Torres llegue a uno de los más importantes escenarios del fútbol en Inglaterra, el estadio Old Trafford, que lo seguidores del Manchester United han bautizado como el “Teatro de los Sueños”.
Fuente: BBC
La increíble historia del ´Torres´ del Crawley Town
Con tal de hacerse un hueco en Inglaterra, este argentino de Mar del Plata vivió junto a una pareja de recién casados y durmió bajo la tribuna de uno de sus equipos · Jugando en el Wycombe se midió al Chelsea de Mourinho en semis de la Carling · Aficionado de los ´red devils´, cumplió su sueño visitando Old Trafford con un equipo de Quinta división.
´Paisa´, como le apodan, no puede dar crédito a lo que está viviendo: “Estoy inmensamente feliz. Me da la impresión de que estoy soñando”.
Sin embargo, su andadura hasta Old Trafford para enfrentar al Manchester United no ha sido un camino de rosas precisamente: “Mi agente mandó un DVD y me vine a Inglaterra hace siete años para probar con el Brighton. Me descartaron y, como me había gastado mucho dinero en el billete de avión, decidí quedarme aquí. Empecé jugando en un equipo de Octava (Molesey), luego pasé a Sexta (Basingstoke) y, dos años después, firmé mi primer contrato profesional con el Wycombe, de Cuarta. Mi siguiente equipo fue el Peterborough, con el que ascendimos a Segunda. Lo cierto es que esta temporada no iba a contar mucho para el entrenador y, gracias a Dios, tomé la decisión de venir al Crawley”.
Atrás quedan los tiempos en los que Sergio no tenía ni siquiera un lugar donde vivir: “Cuando llegué de Argentina, me recogió un representante camerunés en el aeropuerto. Me llevó a su casa, donde vivían otras cinco personas y tenía que compartir cama. No sabía inglés, así que no podía comunicarme con nadie. Recuerdo que me preguntaba: ´¿Quién me ha mandado venir hasta aquí?´”.
Su fichaje por el Basingstoke no solucionó sus problemas para encontrar vivienda: “No tenía dinero y un aficionado recién casado me ofreció irme a vivir con él y su mujer. Tras dos meses de convivencia, el club me ofreció vivir en un despacho, justo debajo de una de las tribunas del estadio. Fue una situación muy cómica. Los domingos que jugábamos en casa me tocaba recoger la cama y la maleta para que los directivos se pudieran reunir [ríe]”.
Por si fuera poco, Sergio tenía que compaginar el fútbol con el trabajo: “Como no era profesional, durante un año y medio, hasta que firmé con el Wycombe, estuve empleado en una distribuidora. Los últimos tres meses fueron un sacrificio constante. Los sábados que jugábamos en casa me levantaba a las 5 de la mañana, caminaba media hora en bici, trabajaba de 6 a 12, comía y jugaba a las 2. El primer día me quedé dormido en la charla técnica”.
Una historia digna de un libro que nuestro protagonista está comenzando a escribir. Sin embargo, todos sus esfuerzos se vieron recompensados cuando, jugando en el Wycombe, se midió en las semifinales de la Carling al todopoderoso Chelsea de José Mourinho: “Jugar en Stamford Bridge, ante 42.000 personas y con mi familia en la grada, es algo que no voy a olvidar nunca. Además, ellos fueron con todo: Drogba, Essien, Lampard, Shevchenko...”.
Eso sí, jugar contra el Manchester United supera todas sus previsiones: “Amo el fútbol. Por eso hice tantos sacrificios que ahora se ven recompensados. Hemos hecho historia, el Crawley jamás se clasificó para octavos. Además, he de confesar que soy aficionado del United, así que jugar en el ´Teatro de los Sueños´ es lo máximo a lo que podía aspirar. ¡Que se prepare Paul Scholes!” había dicho antes del encuentro.
Sergio Torres ya sabe cómo se las juega la familia Ferguson: “Duncan, el hijo de Sir Alex, me llevó al Peterborough. Lamentablemente, no compartía sus ideas y no me puso mucho”.
Uno de sus sueños por cumplir es jugar en España: “Me encantaría terminar mi carrera allí. Mi novia, que está esperando un bebé, es natural de Rusia y nos gustaría ir a vivir a España cuando me retire”.
Fuente: Diario Marca