La catástrofe que sacude por estos días a Japón y, como efecto colateral, al mundo, no deja afuera a la Argentina que, pese al nerviosismo global, tiene dos frentes abiertos: uno positivo y otro negativo.

Según un informe elaborado por IERAL Fundación Mediterránea, “el riesgo de un temporal enfriamiento de la economía global, como producto de la tragedia de Japón, junto con el fortalecimiento del dólar, provocaron en los últimos días una importante caída de los precios de las materias primas que exporta la Argentina”.

Sin embargo, también hay un efecto que podría contrarrestar ese aspecto negativo. Es que frente a los cuestionamientos a los que hoy están sometidas las centrales nucleares podría darse paso a un fortalecimiento del uso de biocombustibles, aspecto en el que la Argentina es líder en exportación.

“Es de esperar que las proyecciones de crecimiento de energía nuclear deban ajustarse a la baja”, explicaron desde la entidad y agregaron que, de consolidarse esa hipótesis, “otras fuentes energéticas deberán expandirse más de lo previsto”, y una de las que cuenta con más probabilidades es la de los biocombustibles.

A este cuadro de situación, “hay que sumarle un contexto también probable de petróleo escaso, y de fuertes presiones de la comunidad internacional para priorizar energías mas amigables con el medio ambiente”. Con esa combinación, los biocombustibles argentinos “cuentan con ventajas naturales y competitivas importantes”, resaltaron desde IERAL.