Por María José Sanchez
Juventud Socialista Marplatense
Otra vez, presenciamos con asombro una nueva prueba que nos ofrece el Gobierno Municipal que pone en relieve su distancia con la realidad que viven miles de Marplatenses. Ahora, no sólo vuelven a manifestar la falta de criterio que demostraron con la aprobación del traslado de algunos bares de Alem a Escollera Norte, sino que, además, esta vez han tenido la idea de cerrar los locales nocturnos a las 3.30 de la mañana.
Que esto ya haya sido puesto en práctica en 1996 por el gobernador provincial de aquel entonces, Eduardo Duhalde, y que haya fracasado con el estrépito que sólo encuentran las pésimas decisiones, parece no ser suficiente.
Con el traslado de ciertos bares de Alem a Escollera Norte, cuya obra ya está en concurso, el Intendente demostró otra vez lo poco que le importa la realidad de los vecinos marplatenses a la hora de establecer las prioridades de su gobierno. Los Jóvenes Socialistas Marplatenses nos opusimos de plano en su oportuno momento a esa idea absurda de trasladar algunos de los locales nocturnos que en la actualidad funcionan en Alem a la Escollera Norte. Además de las -al menos para nosotros- obviedades, como la gran obra de infraestructura que debe hacerse para tal cometido, existen las probabilidades de accidentes y fatalidades en las rocas o en el agua de los jóvenes que asisten en las noches a esos bares, así como también la inevitable convivencia con el sector de los trabajadores portuarios en el mismo espacio físico. Estas fueron algunas de las cuestiones que más nos preocupaban entonces y nos siguen preocupando ahora.
En esta oportunidad, presentan el proyecto de tope horario, con una mirada represiva. Asumiendo la realidad, nosotros nos preguntamos. ¿Qué padre o madre estará tranquilo sabiendo que sus hijos, en medio de la madrugada, y en invierno, quedarán en la calle? Ninguno. ¿Acaso hay suficiente frecuencia de transporte de colectivos para devolverlos a sus casas sanos y salvos a esa hora? No. No las había en 1996 y no las hay aún. Como muchas de las políticas aplicadas en los ’90, ésta está condenada al fracaso.
Hay problemas en la zona de Alem, eso es seguro. Creemos que estas políticas sólo pretenden acallar a los vecinos y reprimir a los jóvenes, pero no son soluciones, ni siquiera al mediano plazo. Hasta ahora al Ejecutivo Comunal no se le ha ocurrido nada que pueda remediar los inconvenientes que sufren los habitantes de ese barrio. Nunca se trabajó en la necesaria generación de respeto para quienes viven allí todo el año y deben soportar no sólo ruidos molestos, especialmente en verano. Los Marplatenses vivimos en una sociedad dividida, dónde a uno no le importa lo que sea del otro mientras nuestro inconveniente se resuelva. Nos han enseñado a vivir de esta manera, y está mal. A muchos jóvenes no les interesa vulnerar permanentemente los derechos que tienen las personas que habitan esa zona, es por ello que debemos trabajan también en eso. Tenemos que regenerar los lazos solidarios que se han roto aplicando políticas que ponen a unos contra otros. Los problemas de Alem no empiezan y terminan dentro de los locales nocturnos, la mayor cantidad de quejas de vecinos son por lo que ocurre ‘fuera’ de dichos establecimientos. Entonces, un tope horario, sólo haría que esos inconvenientes empiecen más temprano.
ACLARACIÓN: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.