Antonio Marino, nombrado un par de meses atrás por el Papa Benedicto XVI al frente de la diócesis local en lugar de Monseñor Alberto Puigari, tuvo una destacada actuación pública durante el debate por la ley de matrimonio igualitario, como responsable de la Comisión Episcopal de Seguimiento Legislativo.
Por entonces, el prelado causó polémica cuando aseguró que “las personas que practican la homosexualidad padecen de más ansiedad, tienen más tendencia al suicidio y consumen con más frecuencia estupefacientes. Esto las hace menos amigables a los niños y menos beneficiosas para el Estado”, había afirmado.
La celebración por el inicio de su actividad como obispo de Mar del Plata se desarrolló el sábado en la Catedral de los Santos Pedro y Cecilia, adonde el religioso llegó escoltado desde la ruta 2 por una caravana de autos.
Al acto asistieron casi una veintena de obispos, entre ellos el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, y Juan Alberto Puiggari, el saliente titular de la diócesis marplatense, quien fue nombrado al frente de la Iglesia de Paraná.
En representación del nuncio Apostólico estuvo el obispo Robert Murfi, y como enviado del gobernador Daniel Scioli, el ministro provincial de Culto, Enrique Moltoni.
El funcionario entregó la escritura de la Catedral al nuevo obispo, con motivo del plan de regularización dominial por el cual el gobierno provincial ya otorgó a la Iglesia unos 150 títulos de templos.