A medida que pasan los días, más áreas de la economía de la provincia de Nequén se ven afectadas por las cenizas del volcán Puyehue. Actualmente la mayor preocupación apunta a la situación de los peces, ya que los de criadero no pueden alimentarse y los salvajes no pueden desovar.

Ante estas circunstancias, todo parece indicar que se podría suspender la actual temporada de pesca para preservar a las especies.

El principal problema se registra en la cuenca del Limay, aguas arriba de Piedra del Águila, donde la concentración de cenizas depositadas y los residuos en suspensión están ocasionando daños ambientales difíciles de cuantificar.

En el caso de las acuiculturas, se tomó la determinación de empezar a faenar animales a pesar de no cumplir con el peso requerido porque están con problemas severos de alimentación.

Según admitió el director nacional de Pesca del SENASA, Gustavo Pérez Harguindeguy, “están mandando animales a Mar del Plata porque allí no dan abasto en el procesamiento”. Asimismo, el especialista explicó que los salmónidos no se están alimentando y antes de que mueran se optó por su faena y comercialización.

Por su parte, el experto en pesca deportiva y conductor del programa radial “Entre moscas y cucharas”, Teo Rodríguez, explicó: “habitualmente la trucha escucha la caída del alimento, lo ve y luego lo come; ahora, las que están en cautiverio escuchan un ruido pero no ven la comida, por lo tanto, la buscan y hacen un esfuerzo importante sin resultados. Así, se debilitan y terminan absorbiendo las cenizas que les lastiman las branquias y las agallas”.

Consultado al respecto, el ex subsecretario de Medio Ambiente y especialista en fauna acuática, José Luis Mena, afirmó que la turbiedad del agua provocará una ruptura en la cadena alimenticia, la cual tendrá su impacto en las próximas temporadas. En consecuencia, requirió que se hagan estudios a conciencia para prever los escenarios futuros y nutrirse de experiencias de otras partes del mundo.

En cuanto al desove, los guardaparques de la región informaron: “las truchas, por ejemplo, necesitan un lugar especial; buscan una piedra pequeña, ponen sus huevos y los tapan”. “El tema – indicaron después – es que con las cenizas las piedras quedaron cubiertas y los animales quedaron impedidos de completar su ciclo reproductivo”.

En otro sentido, vale destacar que en algunos sitios, como Traful o Laguna El Totoral, se ha registrado mortandad de peces y otros animales, ya que algunas cenizas son corrosivas y los lastiman.

Otros análisis indican que el problema no es el sílice sostenido o suspendido en agua que ingresa a la branquia del animal sino la penetración de hongos en las heridas que estas astillitas provocan.

Frente a este panorama, el director provincial de Áreas Naturales Protegidas de Neuquén, Fabián Mirabete, aseguró que “la producción de truchas de manera espontánea y en ambientes naturales se puede dar por perdida durante el 2011”.

Por otra parte, trascendió que en los próximos días el Gobierno de la Provincia del Neuquén estaría presentando un proyecto, en el que tendría intervención una universidad nacional, para encarar una batería de estudios sobre el agua y el impacto de las cenizas en el medioambiente.

Los resultados podrían ver la luz en el lapso de un mes y derivar en alguna determinación oficial respecto de la temporada de pesca.