Por Pablo Aceto
Candidato a Intendente Municipal - Pdo. Gral. Pueyrredón
Movimiento Proyecto Sur Mar del Plata
Si en algo se vislumbra la decadencia de la administración de un gobierno, es cuando éste cede por impotencia a los intereses que en su momento lo apoyaron. Así el gobierno de Gustavo Pulti se encuentra desbordado por sus viejos socios y parece un cadáver devorado por los perros que en algún momento fueron sus guardianes.
Ebrios de impunidad hacen y deshacen a su antojo generando escándalo tras escándalo, haciendo temblar las bases del gobierno comunal, ante la impotencia de la oposición oficial que se florea con gambetas sobre los temas importantes.
En su momento todos “hocicaron”, oficialismo y oposición, ante las condonaciones de deudas a empresas poderosas, luego con la privatización de la recaudación de cobro de tasas, lo que sería un largo listado de continuas concesiones a sectores influyentes como la pretendida entrega al sector privado de la Vieja Terminal de Ómnibus, que hasta los más acérrimos opositores a Pulti aprobaron, recibiendo todos después la bofetada de la justicia.
En esta decadencia descontrolada aparecen nuevos “patrones de estancia” como el caso de Néstor Otero que pretende cobrar peaje a los taxistas que brindan un servicio público en la Nueva Estación Ferroautomotora. Ya ni siquiera pretende la complicidad del gobierno, lo hace como un malandrín que se aprovecha de la debilidad del gobierno de Pulti, porque sabe de los compromisos que los atan.
Otro caso es la concesión que el gobierno municipal (oficialismo y oposición), realiza a los sectores vinculados con la construcción, a los que se les otorgó en algunas zonas céntricas, residenciales y tradicionales de la ciudad, la posibilidad de construir un 30% de metros cuadrados mas, esto cuando todavía no se secó la tinta de la ordenanza votada por unanimidad que preservaba el carácter y la fisonomía de los barrios tradicionales y concentrando la actividad en un solo punto de la ciudad.
Los últimos gobiernos municipales han sido claudicantes a la hora de defender el interés común, ante el de los poderosos, pero será la responsabilidad de la ciudadanía poner fin a esta decadencia, ver más allá de los maquillajes electorales y hacer prevalecer sus derechos.
ACLARACIÓN: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.