Saif al Islam, uno de los supuestamente detenidos por los rebeldes anoche en Trípoli, ha aparecido en la madrugada del martes en el hotel de la prensa en la capital Libia y ha asegurado que su padre se encuentra bien.
El hijo del líder libio ha llegado a las afueras del hotel Rixos en un convoy de vehículos Land Cruiser blindados. Al ser preguntado si su padre se encuentra a salvo en la capital libia, ha respondido que “por supuesto”. “Hemos roto la espina dorsal de los rebeldes. Era una trampa. Les hemos hecho pasar un mal rato y ahora estamos ganando”, ha asegurado.
El corresponsal de la cadena británica BBC en el hotel, Matthew Price, ha señalado que Saif al Islam ha aparecido rodeado de una multitud y confiado.
Hasta el momento no ha habido respuesta por parte del Consejo Nacional de Transición. Las últimas noticias que había de Saif al Islam apuntaban a que los rebeldes libios estaban negociando su entrega al Tribunal Penal Internacional (TPI).
El TPI emitió el pasado mes de junio órdenes de arresto contra Kadafi, su hijo Saif al Islam y el jefe de los servicios de Inteligencia, Abdulá al Senussi, por cargos de crímenes contra la Humanidad después de que el Consejo de Seguridad de la ONU remitiera la situación en Libia a este tribunal. Horas antes, el embajador de Libia en Estados Unidos afirmó a la cadena CNN que el otro hijo de Gadafi capturado, Mohamed, había escapado de la custodia rebelde.
Mohamed Kadafi habría logrado escapar de su casa, donde estaba retenido por milicianos rebeldes, gracias a la ayuda de militares aún leales a su padre, según ha informado la cadena panárabe Al Yazira.
Confusión en la capital
La presencia de Saif al Islam en Trípoli añade más confusión a la situación del país libio. Pocas horas antes, la situación era favorable para los rebeldes, que parecían hallarse al borde de la victoria final tras meses de sangrientos combates.
Los insurrectos, que afirmaban controlar un 95% de la capital de Libia, habían tomado posiciones en la mayoría de los barrios tripolitanos y rodeaban el complejo presidencial, donde no se sabe si aún está el líder libio.
También se hicieron con el control de la televisión estatal durante la ofensiba de este lunes. Hasta la fecha, este era el único medio por el que Gadafi se dirigía a sus seguidores.
“No creemos que se esconda en su palacio de Bab El Aziziya”, una fortaleza que ha resistido incluso los bombardeos de la OTAN, indicó este lunes uno de los jefes militares rebeldes.
Otras fuentes han situado a Kadafi en un bunker no lejos del barrio de Tadjoura, donde estaría bajo la protección de una brigada dirigida por su propio hijo Khamis.
Varias hipótesis apuntan a una supuesta huida a su ciudad natal, Sirte, o hacia el vecino Chad, que preside su amigo Idriss Deby, teorías que no han podido ser confirmadas.
Mohamed, el hijo mayor del líder libio, Muamar el Kadafi, logró huir hoy de su domicilio, que permanecía cercado por tropas rebeldes, informó la cadena de televisión Al Yazira. Mohamed Gadafi huyó con la ayuda de miembros de las brigadas fieles a su padre, añadió la fuente.
Sin noticias ciertas del dictador, el presidente del Consejo Nacional Transitorio (CNT, órgano político de la rebelión), Mustafa Abdeljalil, se apresuró hoy a dar por terminada “la era” del longevo coronel.
“Espero que sea capturado vivo y se le lleve ante la justicia para responder de sus crímenes. La verdadera victoria no se celebrará hasta que sea arrestado”, afirmó Abduljalil en rueda de prensa desde Bengasi.
Apoyo diplomático a los rebeldes
El avance de las tropas insurgentes por la capital ha hecho que naciones árabes como Egipto y Palestina hayan dado un paso diplomático hacia delante y hayan reconocido al CNT como gobierno legítimo.
Incluso los empleados de la embajada libia en Argel, una de las pocas que quedaban leales al dictador, han arriado la bandera verde del régimen e izado en su lugar la tricolor -verde, roja y negra- de los insurrectos.
Mientras que la Liga Árabe, organismo regional que engloba a 22 países, incluida la propia Libia, también ha reconocido al Consejo de Transición.
Al hilo de los acontecimientos, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió a las fuerzas leales a Gadafi, que depongan “inmediatamente” las armas y dejen paso a una transición sin contratiempos.
En la misma línea se pronunció la canciller alemana, Angela Merkel, quien abogó porque la creación en Libia lo antes posible de estructuras políticas que posibiliten la transición a la democracia y que se asegure que el dinero del que todavía dispone Gadafi se destine a estos fines.
El presidente norteamericano, Barack Obama, se sumó a la idea de que el régimen libio “está llegando a su fin” y recordó que EEUU será un socio y un amigo en el proceso de transición.