El oncólogo Artur Katz, integrante del equipo médico de Lula, dijo que “desde el punto de vista tomográfico, no se ve más el tumor”, según difundió el diario Folha de Sao Paulo.
No obstante, siguió el médico, la confirmación definitiva la dará una endoscopia, que será aplicada al final del tratamiento de radioterapia que inició en enero y acaba en seis semanas. “De cualquier forma es una buena noticia, nos deja más confiados y muestra que estamos en el camino correcto”, destacó.
El sábado de tarde, Lula fue internado en el hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo -donde es tratado por el cáncer- tras presentar un cuadro de “pérdida de apetito y fatiga”, consecuencia del tratamiento para erradicar el tumor. En su evaluación, los médicos constataron “apenas presencia de inflamación de la mucosa de la laringe y esófago, consecuencia de la radioterapia” que inició en enero y que apunta a erradicar por completo un tumor detectado en octubre.
“El estado de salud del ex presidente es bueno y no hay alteración del plan de tratamiento de radioterapia”, indicó el boletín médico. El ex presidente realizó en diciembre una tercera ronda de quimioterapia en el Sirio-Libanés, que según sus médicos redujo el tumor canceroso en 75%, descartando la opción quirúrgica.