“El manejo de los residuos urbanos es un problema no resuelto, o mal resuelto, en la mayoría de las ciudades argentinas, donde los desperdicios se depositan en rellenos sanitarios o, directamente, en basurales a cielo abierto.

En este último caso, la situación se agrava en virtud de los frecuentes incendios y quemas, que suelen constituir una fuente de emisión de sustancias tóxicas.

Por lo tanto, las políticas públicas relacionadas con la generación de residuos, con su procesamiento y con la disposición final siempre deberían comenzar con una tendencia a la reducción de la cantidad.

Para ello, en primer lugar, habría que generar un fuerte compromiso público, con el objetivo de que los propios hogares generen menos basura, a partir de la modificación de hábitos de consumo y estilos de vida.

Resulta una obviedad pero es imposible que no generemos absolutamente ningún residuo; en consecuencia, lo que debemos mejorar drásticamente es el tratamiento que les damos, ya sea por medio del reciclado o la reutilización.

En ese marco, se volverá imprescindible la separación en origen de los residuos, la cual consiste en que cada habitante aparte los residuos reciclables de los que no lo son y, a la vez, pueda desecharlos de manera diferenciada.

Ésta, sin duda, es la clave de un sistema de gestión de residuos urbanos moderno y sustentable, que ya ha sido utilizado en varias de las más importantes ciudades del mundo con óptimos resultados.

Por ejemplo, la ciudad de San Francisco, en los Estados Unidos, fue una de las pioneras en la aplicación y, pese a contar con más de 7 millones de habitantes, logró reducir sus residuos urbanos en un 50 por ciento a lo largo de una década.

Otros casos similares se registraron en Canberra (Australia), Kamikatsu (Japón) y Halifax (Canadá). Pero, también en nuestro país, hay experiencias destacables.

En General Pueyrredon, cuando se adjudicó el servicio de higiene urbana, el pliego de bases y condiciones contempló que la Municipalidad podría requerir a la adjudicataria, sin costo adicional alguno, la implementación en zonas – a determinar - de un sistema de separación en origen y reciclado, que, a la postre, nunca se cumplió.

Debemos tomar conciencia de que seguir enterrando cientos de toneladas de papel, plásticos, metales, vidrios, restos orgánicos no es sustentable para nadie, más aún considerando que los residuos podrían aprovecharse mediante procesos de reciclaje y compostaje, disminuyendo la contaminación del agua, el deterioro de los suelos y el consumo de energía y recursos no renovables.

Sería importante que la gestión de Gustavo Pulti, que no se ha caracterizado por su preocupación por el medio ambiente, implemente un programa de separación en origen y reciclado de los residuos urbanos, que establezca metas accesibles a fin de reducir en forma considerable la cantidad de basura generada, con participación de ONGs y entidades intermedias, que no sólo colaboren sino que además sirvan de contralor a fin de asegurar el cumplimiento de las metas establecidas.

Debemos situar a Mar del Plata a junto a las principales ciudades del mundo en lo relativo a gestión de residuos. El Intendente tiene las herramientas; sólo le falta la voluntad…”

ACLARACIÓN: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.