El intendente Gustavo Pulti viajó hace algunas semanas a Montevideo para participar de distintas actividades que se enmarcaron en el hermanamiento entre la capital de Uruguay y Mar del Plata.

El hecho más significativo protagonizado por el Jefe comunal fue el anuncio de la cristalización de una ruta de cruceros que unirá ambos núcleos con Buenos Aires, un dato no menor si se considera la cantidad de embarcaciones de este tipo que arriban a estos lugares.

Casi en simultáneo se proclamó la selección del ganador del “Proyecto de Remodelación de la Escollera Norte y Futura Terminal de Cruceros”, poniendo gran énfasis en la importancia económica de esta clase de turismo. Además, ya se conocen, al menos, dos empresas interesadas en su ejecución.

Este panorama sería realmente alentador si no fuera porque aún no se pudo garantizar la operatividad del puerto pese a los años que acumula la promesa de dragado.

Es así como, en 2011 y pese a figurar en la ruta naviera, se ha descartado el ingreso de varios cruceros a nuestra ciudad, fundamentalmente por no contar con la profundidad necesaria para maniobrar sin problemas.

Quizá sea el tiempo de que desde el Municipio y el Consorcio Regional Portuario ordenen las prioridades tal como postulan los conocedores del tema: mar – escollera – ciudad. Es decir, primero los barcos deben poder llegar para luego amarrar y permitirle a los pasajeros que recorran nuestra hermosa ciudad.
ACLARACIÓN: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.