El Obispo diocesano monseñor Antonio Marino brindó a toda la población un mensaje ante la celebración de las Pascuas. “Estos días de Semana Santa, concentran nuestra mirada en Jesucristo, en su pasión. Lo vemos llagado, humillado. Lo vemos burlado, y Él se dirige con mansedumbre hacia su hora suprema, hacia la cruz y allí entrega su vida al Padre, por amor a nosotros. Pero sabemos que las cosas no terminan allí. Jesús resucita al tercer día como lo había anunciado”, indicó Marino.
Tras destacar que “su lógica para transformar el mundo es distinta de la nuestra”, el Obispo destacó que “en la pasión de Cristo, en su cruz, todo hombre puede sentirse interpretado. Puede decir: “allí esta mi vida, allí está la pasión de los hombres”. La pasión de Cristo es también la pasión de la humanidad porque Él cargó sobre sí con nuestros dolores y las consecuencias de nuestros pecados”, manifestó el prelado.
“A quienes reciben este mensaje, deseo invitarlos a acercarse a Cristo. En Él hay luz. Él entiende de vida: “Yo soy la Resurrección y la Vida”, “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Si queremos encontrar sentido a nuestra vida, si queremos arrojar luz en las tinieblas del mundo, en medio de tantos interrogantes, de tantos problemas que aparecen alrededor nuestro, o bien cuando quedamos pasmados al hojear las páginas de los diarios; si queremos tener una luz que abra a un sentido, miremos a Cristo”, puntualizó.
Por último el Obispo Marino expresó que “el triunfó sobre la muerte, triunfó sobre el pecado y nos llama a dar a nuestra existencia un sentido de amor. La cruz no significa un culto al dolor, la cruz significa decidirse a amar aunque por eso debamos atravesar por el sufrimiento y el dolor, en espera de que se transformen en fecundidad y en gloria”.