En declaraciones a Cazador de Noticias, el dirigente señaló: “la estatización a la cual apostamos desde nuestro lugar siempre estuvo exenta de la idea de una compensación económica, pues preferimos utilizar el dinero que se ahorra en ese sentido en el desarrollo económico de la empresa soberana del petróleo argentino”.

Y continuó: “no nos olvidemos que desde que YPF fue vendida con un barril de petróleo a 10 dólares hubo un saqueo total”.

Al respecto, Altamira explicó: “hoy la empresa tiene un valor de 3,8 mil millones de dólares (cambio paralelo) como consecuencia de un activo de 52 mil millones de pesos y un pasivo de 33 mil, lo cual deja para la mitad que posee Repsol un valor de 1,9 mil millones de dólares”.

“Sin embargo – reparó luego - el pulpo reclama un valor de mercado de 12 mil millones de dólares, mientras que una investigación de daños ambientales y operaciones fraudulentas reduciría a cero el valor efectivo de la compañía”.

“Claro que todo esto sin hablar del resarcimiento que el Estado argentino debería reclamar por las condiciones fraudulentas que rodearon la entrega de YPF a Repsol”, reiteró.

A continuación, en tanto, el dirigente opositor dijo: “la cuestión es que actualmente quienes robaron a mano armada junto a Repsol, contrajeron deuda y remataron la flota petrolera de nuestro país hablan de recuperación de la soberanía cuando en realidad impulsan la reafirmación de la privatización”.

“En otras palabras – remarcó Altamira – después de una década de vaciamiento, los vaciadores anuncian un nuevo vaciamiento y lo que más nos preocupa es que en todo este tiempo la empresa ganó, ganó y ganó pero todos los pesos se fueron y hoy YPF vale lo mismo que hace 20 años”.

Asimismo, apuntó: “otra de las cuestiones a considerar es que, en su momento, YPF había hecho inversiones en el exterior que luego Repsol computó a su favor”.

Y agregó: “lo concreto es que mientras la Jefa de Estado da cuenta de una expropiación parcial por razones de utilidad pública apela en realidad a un recurso de emergencia que nada tiene que ver con la recuperación de la soberanía”.

“Bajo este anuncio – indicó – se cargará a la YPF parcialmente estatizada con la factura que representan las importaciones de energía por 10 mil millones de dólares; se repite entonces el esquema con el cual el Gobierno se ha acostumbrado a cubrir el déficit comercial y de pagos con el exterior”.

“Entonces la YPF de mayoría estatal es obligada ahora a seguir la ruta del tarifazo, el camino que reclamaba precisamente Repsol para superar el déficit que genera la importación de gas y de petróleo pero que para ser impuesto parece necesario encubrirlo con la demagogia de la soberanía”, completó.

Y concluyó: “en definitiva, la pretensión del gobierno nacional de seguir el modelo de Petrobrás, cuyo capital se encuentra en manos de fondos anglo-norteamericanos por el 52% del valor accionario, nos devuelve al casillero Nº 1 de la privatización a cargo, en 1992, del fallecido ex presidente de YPF, Estenssoro”.