El ex obispo de Mar del Plata, arzobispo de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, habló sobre inseguridad en su homilía por el 9 de Julio. Además, pidió “superar los enfrentamientos” personales.
“Hay riquezas que debemos agradecer y alentar, pero debemos tener cuidado de acostumbrarnos a justificar nuestros males y debilidades, como a postergar las soluciones; hoy el tema de la inseguridad, potenciado por el avance de la droga, se ha convertido en una realidad que reclama una atención y una respuesta que no podemos demorar y nos compromete a todos”, aseguró Arancedo en la catedral de Santa Fe durante la celebracióndel 196º aniversario de la Independencia.
La máxima autoridad de la Iglesia argentina se expresó así sobre una de las principales preocupaciones de la ciudadanía tras varios delitos y crímenes que tuvieron trascendencia, uno de ellos, el de un joven asesinado en Moreno, cuyos familiares se movilizaron para pedir respuestas.
Arancedo sostuvo, además, que el 9 de Julio debe servir “como un momento de reflexión y compromiso para fortalecer los lazos de pertenencia“ al país. Y pidió: ”Elevemos una oración por la Patria para que encontremos como argentinos el camino de la concordia y la solidaridad que nos permita superar enfrentamientos y construir juntos el país que soñaron nuestros mayores y con el que estamos en deuda“.
Más allá de las palabras con sabor a crítica, el obispo aclaró que “las dificultades no deben opacar la realidad de los esfuerzos que personas e instituciones hacen al bien de nuestra Patria”.
“No cabe duda de que en una sociedad políticamente organizada, la responsabilidad de la dirigencia es mayor en la búsqueda de caminos que fortalezcan los lazos de pertenencia, como la equidad en el desarrollo de la comunidad. Es propio de la dirigencia, como parte de la virtud de la prudencia, saber crear las condiciones que hacen al bien común”, continuó.
Además, remarcó que “es normal en la vida de una democracia la diversidad de opiniones, pero es un signo de su madurez la capacidad de generar políticas en las que todos se sientan parte. Esto significa búsqueda de consensos y no escalada de conflictos”.