La figura del fallecido escritor Ernesto Sábato quedó hoy en el centro de una polémica cuando dos ex miembros la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) denunciaron que se quitó su nombre del prólogo de la última publicación del informe “Nunca Más”, pero la editorial aclaró enseguida que esa firma no había estado.

Justamente, la Editorial Universitaria de Buenos Aires (Eudeba) negó una omisión intencional y sostuvo que tanto la primera versión publicada en 1984, como la que se imprimió este año 2012 no llevan el nombre de Sábato en el prólogo.

La primera denuncia sobre la supuesta ausencia del nombre de Sábato la concretó la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú en un artículo publicado hoy por el diario La Nación bajo el título “Robar a los muertos”, versión que fue ratificada en radio Mitre por la ex ministra de Desarrollo Social de la Alianza durante el gobierno de Fernando de la Rúa, Graciela Fernández Meijide.

Tanto la periodista como la dirigente que perdió un hijo durante la última dictadura trabajaron junto al autor de “El Túnel” y otros referentes de la democracia en la confección de las violaciones a los derechos humanos que se cometieron entre 1976 y 1982 y las víctimas, que más tarde se recolectaron en un libro histórico, el “Nunca Más”.

“Esto es terriblemente grave y una falta de respeto. Podría ser una desprolijidad de no ser que uno sigue percibiendo en la insistencia en querer atribuirse el descubrimiento del tema derechos humanos en las personas de Néstor Kirchner y Cristina (Fernández), y quienes lo rodean. Me parece que es un intento vano”, señaló la ex ministra de Desarrollo Social.

Fernández Meijide, quien integró la (Conadep), criticó la supuesta omisión del escritor fallecido a los 99 años el 30 de abril de 2011, que fue revelada por Ruiz Guiñazú.

La publicación del informe “Nunca Más”, con fecha de marzo de 2012, tiene un prólogo firmado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, y tras él, el prólogo original.

“Desconocer a una persona como Ernesto Sábato, que aguantó presiones, que nos dio coraje, que transmitía a la sociedad diciendo ´estamos en contacto con la verdad día a día´”, fustigó Fernández Meijide.

En tanto, Ruiz Guiñazú sostuvo que “la apropiación de la memoria es un robo inexcusable cuando, además, esa memoria tiene carácter de Informe en un hecho jurídico, como bien lo señalaba el fiscal de Roma, doctor Caporale, quien lo afirmó públicamente cuando con Estela de Carlotto (titular de Abuelas de Plaza de Mayo) fuimos testigos en esa ciudad de la desaparición de ciudadanos de origen italiano”.

“Suprimir de este proceso el nombre de Ernesto Sábato es simplemente robarle (a quien no puede replicar) una tarea asumida con enorme responsabilidad en años en los que las Fuerzas Armadas tenían aún un gran poder (recordemos los golpes de Semana Santa, Villa Martelli, La Tablada, etc)”, indicó la periodista.

Asimismo, planteó que “cabe preguntarse si quienes se permiten semejante atropello no deberían ocupar su tiempo en, por ejemplo, redactar otro ´Nunca Más´ con los desaparecidos por la Triple A, que floreció durante el gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón”.

A raíz de la difusión que había tenido la noticia, Eudeba le envió un comunicado al diario La Nación, acompañado por copias de los prólogos donde no figura la firma de Sábato. Allí se sostiene escuetamente: “La Editorial Universitaria de Buenos Aires quiere informar que tanto la edición 2012 del libro ´Nunca Más´, al igual que la primera edición publicada en 1984, no llevan la firma de Don Ernesto Sábato en el prólogo”.