Así se expresó el Obispo, monseñor Antonio Marino quien presidió la misa en este 8 de Diciembre día de precepto para la Iglesia Católica. En el día de la Inmaculada Concepción, más de cien niños tomaron su segunda comunión en la Gruta de Lourdes, ubicada en el puerto marplatense.
“Hoy estamos todos de fiesta en el día de nuestra madre, bajo esta advocación de la Inmaculada Concepción. También es un día especial para estos chicos y chicas; es una gran alegría para mí contemplar que llevan estos trajes de fiesta, para recibir de manera solemne esta segunda comunión”, inició diciendo monseñor Marino.
Y luego explicó respecto a la Inmaculada Concepción, “Jesús, el hijo eterno de Dios, quiso venir a este mundo para salvarnos del pecado de nuestros primeros padres. Al pecar se rompió la amistad con Dios y el equilibrio interior, y desde entonces los hombres estamos como tironeados entre lo que sabemos lo que es la verdad y nuestras inclinaciones desordenadas, hacia el mal. Para remediar todo esto, Dios Padre envió a su hijo Jesús, para hacerse uno de nosotros. Para habitar entre nosotros, el Señor quiso preparar una morada, una casa muy linda, de apariencia modesta por fuera, pero bellísima por dentro; esa morada es la Virgen María”
“Desde el primer instante de su existencia, su concepción; quedó liberada, exenta de la herencia del pecado que todos nosotros contraemos. La Iglesia nos enseña que la Virgen María no heredó el pecado original, porque Dios quiso venir a habitar en una casa sin mancha alguna” añadió el Obispo de Mar del Plata, dirigiéndose a todos los fieles presentes.
Luego manifestó, hablándole especialmente al centenar de niños que estaban delante de él, “Jesús también quiere venir a habitar entre nosotros, y quiere encontrar un corazón limpio, bien dispuesto y viene a purificarnos más y más de nuestras malas inclinaciones, en nuestro trato con el prójimo y enseñarnos a no ser indiferentes ante los demás, a ser solidarios. También quiere enseñarnos a conocer, respetar y querer esta creación tan hermosa que Él ha creado y sobre todo enseñarnos a amar sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos”.
“Día de fiesta, y día para renovar nuestro compromiso, ser fieles a Jesús la vida entera. Estamos ante la gruta de la Virgen, ella nos mira con amor, y mirándola entendemos que tenemos que ser también nosotros, una morada digna de Jesús. Tenemos que preparar nuestro corazón para que Jesús venga a nacer en nosotros, y se quede siempre con nosotros. Esa es la mayor felicidad que puede tener un hombre mientras dura esta peregrinación por la vida” resaltó el pastor de la Iglesia Católica de Mar del Plata.
Finalmente expresó con énfasis a los niños, “queridos chicos, yo los quiero mucho a ustedes; como un padre que mira a sus hijos pequeños, los miro con gran esperanza e ilusión de que ustedes van a tomar la lámpara de la fe, para que los ilumine durante toda su vida”.
Los niños que tomaron su segunda comunión pertenecían a diversas parroquias y colegios de la zona; Parroquia y Colegio Sagrada Familia, y Nuestra Señora del Carmen, Colegio Huincó Monseñor Enrique Rau, y del Instituto San Alberto. Estuvieron presentes junto a sus familiares y los catequistas de las comunidades e instituciones educativas.