Peñarol desarrolló un partido impecable en defensa y le valió para llevarse un triunfo enorme ante un complicado Libertad en el Hogar de los Tigres. Con la gran figura de Facundo Campazzo, autor de 20 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias, los marplatenses se llevaron el partido por 76 a 65.
No podía seguir viviendo dentro de sí. Peñarol es de esos equipos con carácter que no soportan la humillación de perder, y menos por 34 puntos ante un rival directo. Por eso, cambió la cara, reaccionó, volvió a hacer de su defensa una muralla y obtuvo un triunfo vital en el Hogar de los Tigres, en Sunchales, ante Libertad por 76 a 65.
El “Milrayitas” necesitaba volver a las fuentes y lo hizo. Realizó una defensa asfixiante, sobre todo en el segundo cuarto, y encontró lucidez e inteligencia en ataque para aprovechar los mejores momentos de sus jugadores. Así, se destaca la figura estelar de Facundo Campazzo quien no sólo supo guiar a su equipo, sino que también fue el máximo goleador de la noche con 20 puntos.
Y lo que en algún momento preocupó, ayer fue despejado instantáneamente. Peñarol sigue siendo un equipo irregular, pero, al menos, demostró tener la capacidad de jugar como quiere en cualquier cancha. Sus debilidades pasan por flaquezas propias y no tanto por mérito del rival. Anoche no se salió del libreto en todo el partido y consiguió la primera victoria en la temporada ante un equipo de la zona norte como visitante.
El encuentro inició con paridad en el marcador, aunque siempre con predominio visitante. Facundo Campazzo empezaba a demostrar su efectividad frente al aro, Marcos Mata estuvo muy participativo en el rebote y Martín Leiva lastimaba en la pintura y con buen porcentaje de dobles.
Ellos tres fueron el sustento principal de un Peñarol que luego supo jugar con sus hombres de rol, que los utilizó en los momentos claves para que Libertad jamás le encontrara la vuelta al partido. De todas formas, y como un dato más para realzar la victoria “Milrayitas”, Leo Gutiérrez volvió a tener una mala noche en ataque y, sin embargo, el equipo no necesitó de su líder ofensivo.
El segundo cuarto fue decisivo. Peñarol salió decidido a matar al “Tigre”, a ahogarlo e imprimirle fiereza a cada defensa. Así, acobardó a Libertad en su propia cancha y pisó fuerte en el partido. Le dio la señal de que el juego no se le podría escapar.
Peñarol hizo 14 puntos en ese período, pero Libertad sólo 9. Además, dejó la imagen en el entretiempo de que la visita era el real dominador del encuentro, de que se jugaba a lo que ellos querían.
A la salida, los sunchalenses intentaron arremeter. Llegaron a ponerse a sólo un triple, no obstante, apareció algo que se le pedía a Peñarol en esos momentos: frialidad e inteligencia. Entonces, los de Hernández no se desesperaron y, al contrario, jugaron con el desgaste, físico y anímico, de su rival. En consecuencia, nuevamente en un suspiro, Peñarol estiró una ventaja de 10 unidades.
El tricampeón desarrolló un trabajo completo de principio a fin. Siguió el guión a la perfección, sin lugar a las improvisaciones ni a los unitarios. Por eso, Peñarol mató a Libertad a sangre fría. Lo más importante es que ganó, claro, pero también con un buen juego. Fue de esos partidos donde todo se ve color primavera, donde resurge la esperanza y el optimismo, donde el equipo se va conforme por haber sacado a relucir el orgullo del campeón.
-Síntesis-
Libertad (65): Jonatan Treise 5, Diego García 18, Juan Fernández Chávez 15, Ricardo Sánchez 8 y Gabriel Mikulas 9 (FI) José Vildoza 0, Marcos Saglietti 2, DerMarr Johnson 3, Alejandro Alloatti 5 y Alejandro Reinick 0. DT: Javier Bianchelli.
Peñarol (76): Facundo Campazzo 20, David Teague 6, Marcos Mata 15, Leonardo Gutiérrez 6 y Martín Leiva 13 (FI) Matías Ibarra 8, Selem Safar 3, Lisandro Rasio 5, Fernando Podestá 0 y Lucas Tischer 0. DT: Sergio Hernández.
Parciales: 19-21, 9-14, 20-19 y 17-22.
Árbitros: Fernando Sampietro y Rodrigo Castillo.
Estadio: El Hogar de los Tigres de Sunchales.
Fuente: Los Martines