Una vez más, miles de personas, cuyo número y diversidad aumenta en cada edición en cuanto a procedencia geográfica, cultural y social, se reunieron este domingo para dar muestras de su fe, o al menos de su interés, por la orixá africana protectora de las aguas, de la familia y los pescadores: Iemanjá.
Es que la celebración que desde hace 29 años realiza en Mar del Plata el babá Hugo Watenberg, director del Centro de Estudios Africanistas Reino de Iemanjá Bomí, ha crecido hasta convertirse en la 3º más importante de América, en una serie que encabeza Salvador de Bahía (Brasil), tierra en l que habitaron los esclavos traídos en los barcos negreros y cuya historia relató como ninguno el incomparable Jorge Amado, escritor y fiel de este culto.
Esa relevancia de la festividad que se hace en nuestra ciudad, le valió las declaraciones de Interés Turístico Provincial, de Interés Turístico del Emtur y de Interés Cultural Municipal. Asimismo, el respeto y la apertura de muchos de los congregados, que aún perteneciendo a otros cultos, valoran el cuidado espiritual y cultural de esta Fiesta.
Entre cantos y con el colorido de la ropa de las bahianas y la gala de las barcas escoltando la figura de la Iemanjá negra especialmente traída desde Nigeria, la multitud -que se calculó en 6 mil personas- acompañó la procesión hasta llegar hasta la arena de la Playa Popular, allí, se formó la roda para dar lugar al toque de batuques, rezas de orixás y danzas, para culminar con la entrega de barcas con ofrendas y pedidos al mar y un gran estallido de fuegos artificiales que enmarcó la foto de una postal inusual y emotiva en nuestras costas.