Transcurrían los primeros minutos del juego y no se lo veía a Peñarol tan cómodo como frente a Regatas de Corrientes. Sionista dominaba: tenía fluidez en ataque y en defensa nubló las ideas de su adversario. Peñarol tomó tres tiros a pie firme pero ninguno tuvo éxito. Sionista sacó un parcial inicial de 6 a 0. Peñarol se perdería en el partido.

Sionista, en cambio, cada vez ganaría mayor confianza.

El dato es que los de Paraná obtuvieron su primera victoria en el Polideportivo Islas Malvinas ante Peñarol. Llevaron a cabo una tarea impecable, sin fisuras. Tuvo una muy sólida labor. Pero, ¿por qué Peñarol apabulla al líder y cae inexpresivamente dos días después?

Está claro que Peñarol debe volver a ser un equipo regular, confiable, más predecible.

También es cierto que las derrotas duras repercuten en este equipo como a ningún otro en la competencia y que es motivación suficiente para preparar distinto el próximo partido, el martes, ante Libertad.

De movida, Peñarol fue superado y nunca podría tomar el protagonismo del encuentro. Sionista fue inteligente para profundizar los ataques, desacomodar la defensa de su rival y descargar al perímetro.

Las estadísticas están para romperlas. Los paranaenses llevaban hasta este partido un 32% de efectividad en triples. Anoche anotaron 8/13 con un altísimo 62%.

Peñarol aprovechó dos triples de Leo Gutiérrez y los buenos movimientos de Martín Leiva en el poste bajo. Se mantuvo en juego pese a que cayó en el primer cuarto por 17 a 24.

Ya en el segundo, se produjo el quiebre del partido. Sionista, con la confianza de los tiros externos, amagando siempre con la triple amenaza ante la inseguridad de Peñarol, fue estirando ventajas.

El “Milrayitas” no pudo hacer pie. Veía que la brecha se hacía cada vez más amplia pero no podía contra su rival. Contra sí mismo. Sionista lo defendió bien en el perímetro, no se confundió en los amagues de tiros y estuvo muy atento para interceptar y presionar los pases en profundidad a Martín Leiva.

Así, con el buen ingreso de Daniel Hure, con 13 puntos en 13 minutos, Sionista se fue al entretiempo con una distancia insalvable de 50 a 28.

El tercer cuarto era de matar o morir para Peñarol. Debía descontar rápido o resignarse. Sionista supo esto y anticipó la embestida. En consecuencia, junto a un momento de zozobra de la dupla arbitral, el juego ganó en tensión, en roce, en jugadas fuertes, en protestas, en lucha e, increíblemente, en una falta técnica a Marcos Mata.

A partir de ahí se comenzaron a derrumbar las esperanzas de descontar del tricampeón. La visita hizo un trabajo inteligente, administró las posesiones y jugó con el temple y mentalidad de un equipo ganador. Sionista se vistió de Peñarol.

No pudo repetir. Los de Sergio Hernández desaprovecharon una buena chance de descontarle a Regatas de Corrientes, equipo que perdió también ante Estudiantes de Bahía Blanca. Borrón y cuenta nueva. Peñarol deberá examinar qué motivo causa la irregularidad y solucionarlo para llegar a los playoffs lo más arriba posible.

LA SINTESIS

Peñarol 62

Facundo Campazzo 6, David Teague 9, Marcos Mata 13, Leonardo Gutiérrez 18 y Martín Leiva (x) 8 (FI) Matías Ibarra 3, Selem Safar 0, Julián Morales 0, Lisandro Rasio 2, Fernando Podestá 0 y Licas Tischer 1. DT: Sergio Hernández.

Sionista 81

Luis Cequeira 14, Luciano González 9, Josh Pittman 10, Matías Sandes 14 y Jaime Lloreda 4 (FI) Jeremías Sandrini 0, Lorrenzo Wade 7, Daniel Hure 13 y Alejandro Zilli 10. DT: Sebastián Svetliza.

Parciales: 17-24, 11-26, 16-22. 18-9.
Árbitros: Pablo Estévez y Oscar Brítez.
Cancha: Estadio Polideportivo Islas Malvinas.