Vale dos puntos, es cierto, pero qué lindo es para el espectáculo el alley oop que protagonizaron Facundo Campazzo y Marcos Mata. El marplatense se elevó sobre la humanidad de Mariano Byró y con la derecha, en el aire, capturó la pelota y la volcó con furia. Fueron dos puntos más para los 72 que convirtió el “Milrayitas”, aunque moralmente levantó al local y hundió a la visita.

Porque a partir de ese momento, Peñarol fue el claro dominador del juego y se dedicó a estirar diferencias. Mentalmente le dio la satisfacción para bajar a defender con la misma dureza de los primeros minutos. Y Gimnasia quedó golpeado, ya que, a pesar de todos sus esfuerzos por mantenerse a raya, vio con una facilidad jovial cómo su rival se divertía en cancha.

Peñarol empieza a encontrar su juego, extraño por cierto, pero efectivo y sin fisuras. Volvió a defender para campeón. Anoche, le bajó 12 puntos el ataque de los comodorenses como visitante, aunque venían de convertir 84 en su primer triunfo fuera de casa ante Estudiantes en Bahía Blanca. Sin embargo, este nuevo Peñarol, que volvió a ser en el 2013, se convenció de que, finalmente, con desgaste en defensa iba a tener más serenidad en ataque. Y la ecuación le dio positiva.

También resulta llamativo su idiosincrasia de juego. Está claro que el tricampeón se consolidó con su juego de cortinas, desmarques y lanzamientos de tres. No obstante, ayer ganó con sólo cinco triples, y se dedicó a darle mucho juego al poste bajo, encabezado por Martín Leiva y a romper hacia el canasto.

Claro que para esto último Sergio Hernández halló un especialista de lujo: Marcos Mata. El alero pasa por un momento fantástico en la Liga. Encontró variantes para su desempeño, hace de todo y bien. Además de su confiable lanzamiento de tres, le sumó las penetraciones furibundas que terminan en gol o en falta. También es inteligente para postearse, para moverse bajo el cesto. Todo sin desconcentrarse en defensa.

En consecuencia, el equipo lo comienza a usar como primera posibilidad en ataque. Marcos Mata hoy en día es el hombre, el líder. Traslada la pelota, la retiene varios segundos de posesión, piensa. Tomó otra actitud, más agresiva y ganadora. Así, Leonardo Gutiérrez, un arma infalible, queda como segunda o tercera opción en una jugada y, de a poco, Peñarol encuentra variantes que, de afinarse bien, pueden ser letales en playoffs.

De todos modos, Gimnasia le propuso un juego duro desde el principio, con pocas posesiones, y no muchos puntos. Sorprendió que las tres primeras posesiones de Peñarol fueran triples, dos de Campazzo y uno de Gutiérrez, y todos marrados. A partir de ahí, el equipo volvería a las bases.

La visita no se entregó. Lastimó en el primer período con Kaheim Seawright (8) y aprovechó algunos desajustes defensivos del local, que contó con un Marcos Mata (8) a todo protagonismo.

En el segundo cuarto el juego se hizo más friccionado y con poco goleo. Peñarol tuvo un buen comienzo pero el verdadero ganador del chico fue Gimnasia quien terminó recortando distancias y mostrando una mejor cara para el tercer cuarto. Surgió fastidio en los marplatenses, en especial en Leo Gutiérrez, ante el mal pasaje de juego y la visita aprovechó. Si bien igualaron en 13 el período, y el “Milrayitas” se fue al descanso con una diferencia de tres puntos, la visita terminó más entero y con más ánimo.

Entonces, apareció un cuarto lapidario para Peñarol, para poner las cosas en su lugar, para que se termine de convencer de que apostando a su defensa puede sacarle diferencias a cualquier rival. Los de Hernández alimentaron en el juego a Leiva (7) y a Lisandro Rasio (7) para lastimar en el poste bajo. Y en defensa estuvieron inquebrantables. Así, estiró la ventaja con un parcial de 20 a 8, que sentenció el destino del partido.

Peñarol se sigue convenciendo. Esta seguidilla de cinco partidos como local le sirvió para darse cuenta de lo que tiene y de lo que necesita para seguir triunfando en la Liga. Por eso, mutando su ADN, vuelve a ser un rival de temer para cualquiera, y en especial cuando está motivado.

Ganó contra Regatas, Libertad, Lanús y anoche frente a Gimnasia, y cayó ante Sionista. En sus victorias hubo un denominador común, una nueva identidad que se va consolidando. La derrota también le sirvió, para mentalizarse aún más que el camino que está transitando ahora es el más beneficioso.

-Síntesis-

Peñarol (72): Facundo Campazzo 10, David Teague 2, Marcos Mata 16, Leonardo Gutiérrez 10 y Martín Leiva 15 (FI) Matías Ibarra 0, Selem Safar 7, Julián Morales 3, Nicolás Madrid 2, Lisandro Rasio 7 y Fernando Podestá 0. DT: Sergio Hernández.

Gimnasia (58): Diego Ciorciari 4, David Jackson 5, Jason Robinson 12, Diego Romero 10 y Kaheim Seawright 13 (FI) Santiago Scala 0, Exequiel Cassinelli 2, Mariano Byró 8, Marcos Nóbile 4 y Pablo Orlietti 0. DT: Miguel Volcan Sánchez.

Parciales: 18-15, 13-13, 20-8. 21-22.

Árbitros: Roberto Smith y Jorge Chávez.

Estadio: Polideportivo Islas Malvinas.
Fuente:losmartinesweb