El más ganador de la Liga Nacional y capitán de Peñarol, Leonardo Gutiérrez, compartió una nota con Los Martines tan extensa como jugosa. Habló de su pasado, de la temporada del equipo, del futuro, la Selección Argentina, sobre Milanesio, Pepe Sánchez, historias de vida y opinó sobre la situación actual que se vive en la AdC.
- Me imagino que debe ser una situación extraña estar de vacaciones.
- La realidad es que es extraño, no sé qué hacer, estoy como perdido. Pero las cosas se dieron así. Tampoco nos tenemos que volver locos ni dramatizar mucho. Antes los playoffs nos agarraban sumamente bien y este año nos agarraron un poco bajón, lesionados, mucho trajín de algunos jugadores, así que no nos agarró como nos hubiese gustado estar. Pero tampoco todos los años podés llegar de la mejor forma. Si tenemos algo que mejorar para la temporada que viene es eso, llegar mejor.
- Salvo Leiva, todos se perdieron partidos por lesión. Fue difícil acomodarse a eso.
- Sí. Rasio tuvo que jugar casi toda la temporada de tres, Marcos mucho tiempo de dos, Selem mucho tiempo de titular. Son cosas que a la larga te afecta. Yo creo que otro equipo, que haya sufrido tantas lesiones y no haya tenido el equipo completo, hubiese terminado mucho más abajo, no hubiese entrado entre los cuatro. Y nosotros nos conocemos, tenemos ese plus de dar un poquito más y por eso pudimos terminar arriba. Si no hubiéramos tenido algunos traspiés de local caso Argentino, Sionista, con Quimsa íbamos bien. Si ganábamos esos partidos no sé si no terminábamos tercero. Porque después a Regatas en casa lo agarramos y le pegamos un palizón de aquellos. Pero si no hubiésemos perdido el último ya estaríamos en la final.
- Fue en esta Liga donde decidiste tomar la decisión de dejar la Selección.
- Ya lo venía analizando. Pensaba hasta cuándo voy a estar en la Selección. Llegar, entrenar con mi equipo y jugar. Siempre pensaba que no me venía mal porque es muy difícil hacer una postemporada solo, más los argentinos que somos hijos del rigor y necesitamos que nos estén metiendo el dedo, que nos hagan compañía para entrenar. Lo venía pensando hasta cuándo iba a estar yendo y viniendo. La primera persona que me dijo que no deje la Selección es mi mujer. “Pepo”, mi hijo, tampoco quería. Los dos son hinchas de la Selección. Mi señora me dice que a la Selección no se le dice nunca que no y tiene toda la razón del mundo. Hasta el día de hoy que me está costando asimilar esta decisión. Pero la realidad es que lo necesito. Necesito despejar mi cabeza, sacarle un poco la presión al cuerpo, porque no soy un nene, quiero jugar por lo menos cuatro años más y lo quiero hacer en un buen nivel. No quiero estar en la cancha y no poder hacer nada, no poder ayudar. Es horrible jugar mal físicamente.
- En la semifinal nunca dijiste que estabas desgarrado.
- No me gusta quedar como un héroe, nunca me gustó. He jugado lastimado ya pero nunca se lo dije a nadie.
- Nos acordamos en la temporada 2006-2007, vos jugando para Boca, estabas destrozado.
- Ahí jugué también con un desgarro y con el mismo vendaje que ahora contra Lanús. Me lo hizo el mismo médico José Ossemani. Ahí perdemos los dos de local contra Benus Hur, el tercero allá y ellos no habían perdido en todo el año como local. Hablé con los médicos y les dije que quería jugar, aún si me rompía todo, pero quería estar con mis compañeros. Ellos lo entendieron. Era un desgarrito bien chiquito, como el que tenía ahora, que me impedía hacer algunas cosas como penetrar o un paso de caída. Molestaba y el vendaje que me hicieron me permitió jugar el tercero, el cuarto, el quinto que ganamos y contra Libertad.
- Fue una final jugada muy parecida a la de ahora, con goleo muy bajo, muy cerrado.
- Es que no nos quedaba otra. Peñarol en ese entonces jugaba un muy buen básquet. Con Jason (Osborne) jugamos en Ben Hur y salimos campeón. El único cinco que teníamos era (Walter) Storani que llegaba desde el banco. Son equipos que siempre juegan diferente porque tienen algo diferente. Creo que Peñarol tenía algo diferente por eso jugó tan bien toda esa temporada. Nosotros teníamos que sacarlos de ese contexto, de toda su conexión, achancharles su juego y sacarles el ritmo.
- Este Peñarol tiene una identidad. ¿Cómo te imaginás este nuevo Peñarol?
- Me lo imagino igual. No veo un Peñarol sin Marcos, sin Martín, me gustaría que siga Selem. Son tres jugadores que están hace mucho tiempo con el equipo, que le han dado muchas cosas. Está la posibilidad de que siga el “Lata” y que también estaría bueno porque le da muchas cosas al plantel. Yo creo que no hay que tocar mucho el equipo. Después está la necesidad de cada jugador. Tal vez Selem quiere ir a jugar en otro equipo, el “Lata” quiere ser titular o Martín quiere ser de otro equipo. Pero estaría muy bueno que podamos seguir todos. Creo que lo importante es poder seguir todos juntos porque estamos siendo como un Barcelona. Nosotros al estar cinco o más años juntos nos da mucho. Sería muy bueno, porque la realidad es que sacás diferencia. Creo que sería importante tener la base de los últimos cuatro años.
- ¿En qué sentís que ayudan a jugadores jóvenes como Campazzo o Giorgetti a seguir formándose?
- Yo creo que no es que les ayudamos mucho a formarse. Creo que los minutos en cancha les ayuda un montón. Aparte te ayuda entrenar con jugadores experimentados, obvio. Pero rozarte y jugar con otros jugadores y tener esa presión de tener que hacer bien las cosas en el campo de juego te ayuda a crecer mucho. Yo creo que los dos tienen que seguir sumando cosas, abriendo la cabeza y no se tienen que quedar con lo que tienen. Siempre tienen que intentar evolucionar más, buscar errores de una temporada y corregirlos para la siguiente. Son dos nenes y tienen toda una carrera de éxitos por delante. Pero tienen que abrir la cabeza y darse cuenta de todo lo que tienen por delante.
- ¿Es difícil a esa edad, con cierta fama, tener respeto por tus compañeros o estar tranquilos?
- Esta es una ciudad del básquet. Es difícil. El ambiente te lleva a traumarte un poco. A mí me ha pasado, cuando era pibe, en los años en Olimpia. Pero vas aprendiendo con el tiempo.
- ¿Qué te pasaba, Leo?
- Pensás que te las sabés todas, que sos el mejor. No es malo creerte el mejor, pero hay que saber abrir la mente también, saber escuchar, saber corregir. Yo no soy el que más abre la mente, porque soy bastante cerrado, pero he intentado siempre sacar cosas de mis compañeros. He tenido muy buenos compañeros y creo que les he sacado mucho jugo a cada uno.
- ¿A quiénes?
- A Uranga, mismo “Pichi” Campana, Marcelo (Milanesio), a Jorge Racca, Diego Osella. Tuve muchos compañeros de distintas formas. Uno por temperamento como Uranga que te alentaba y te llevaba a ir al frente, otro callado como “Pichi”, pero te llevaba con el juego y te enseñaba con su forma de jugar, como tiraba, como penetraba, los momentos donde pedía la pelota. En los momentos calientes él siempre pedía la pelota y Marcelo se la daba. Igual que Jorge Racca, que era un jugador constante pero en los momentos calientes pedía mucho más la pelota. Y la cabeza que tenía Marcelo realmente era impresionante y eso te va ayudando a evolucionar y sacarle cosas. Yo creo que él sería un gran entrenador de básquet, uno de los mejores de la Argentina, porque cuando nos agarraba a nosotros nos sacaba cosas, nos hacía hacer fundamentos y era impresionante, realmente impresionante. Su vida lo llevó para otro lado.
- ¿Vos te ves como técnico?
- Yo sí. Me veo como los técnicos que se visten deportivos en los equipos de fútbol.
- A un McFarlan que rindió en la temporada pero no apareció en los momentos claves, ¿qué le dice Leo Gutiérrez como entrenador?
- No sé si le digo algo. Directamente lo mando a su casa si no es el jugador que me gusta. No hay que decirle nada. No es un jugador que quiera mi equipo. Agarrá el pasaje, el bolso y chau, buscá otro. La realidad es que hay muy pocos entrenadores que no pueden armar su equipo. Entonces siempre buscá el jugador que te gusta, el que tiene sangre, el que es goleador, el que es defensor, entonces te vas armando el equipo como a vos te guste.
- Y con respecto al Peñarol que viene que recién hablabas, ¿cómo lo ves al “Tulo” Rivero como entrenador?
- Lo del “Tulo” me parece que sería muy bueno para él tener la posibilidad. Yo creo que ha trabajado muchos años con grandes entrenadores y en particular con uno que lo ha marcado mucho como es Sergio. Después queda en él tomar la decisión. Es una decisión más que nada personal. Yo no creo que le influya si voy yo o cualquier otro jugador si le dice “pensalo, fijate”. Yo creo que lo debe venir pensando hace mucho. Estaba de asistente y todo asistente debe querer dar el salto a entrenador. Es un buen momento para él. Obvio que si agarra el “Tulo” va a tener todo el apoyo de mi parte y del resto del plantel. Sabe muchísimo y tiene llegada al plantel. Es distinto ser asistente y entrenador. Ahora por ahí nos hacemos una jodita, después ya no. Después hay que saber marcar la distancia entre jugador y entrenador. Todo se aprende. Nosotros seguimos aprendiendo. Es un deporte donde en cada partido, todos los días, cada entrenamiento, te deja algo, aprendés algo nuevo. Vos pensás que te las sabés todas y no. Siempre seguís evolucionando.
- Con las reuniones en la AdC, ¿cuál es tu postura con lo que se dice de cerrar la Liga?
- Me parece malísimo porque le sacás la esencia a la competencia. Me parece malo. Pero si hay un por qué y es válido, también saber que si es válido, apoyarlo. Pero no veo que sea tan así que queremos bajar el presupuesto para arreglar las canchas. O cuando dicen que si arreglamos las canchas, entonces dame dos años para arreglarlo así no desciendo porque voy a bajar el presupuesto del equipo. No lo veo tan así, que vayan a arreglar las canchas como deben. Ojalá que esté confundido, que bajen los presupuestos o que saquen los descensos para arreglar las canchas. Estaría buenísimo porque hay canchas en las que no se puede jugar. No cumplen nada. O no abren los vestuarios, calor, tierra o arena en el parqué. No voy a dar nombres pero hay canchas que tenés que tener un buen porcentaje de tres puntos o perdés el partido porque no podés jugar. Los jugadores de ahí o están acostumbrados o tienen algo en las zapatillas porque te patinás. Es horrible porque terminás con dolor en los aductores, posteriores, la cintura. Las canchas no están preparadas hace 28 años de Liga y que tengamos situaciones así o que le peguen a los jugadores cuando salen campeones. En Santiago cuando fuimos a jugar ahora había un hombre que se ponía atrás del aro y que me decía a mí, a Martín y a Sergio que si ganábamos nos esperaban afuera para pegarnos un tiro. Entonces vos lo mirás y decís que este muchacho no puede estar acá, dónde sacó la plata para comprarse una platea. Esas cosas no pueden pasar en Argentina. Que vayas a sacar y que sientas que te pegan una piña desde atrás. Estamos hablando que nuestra competencia es la mejor en América después de la NBA y no tenemos nada acorde para que sea la mejor. Nada, sacando Formosa, el Orfeo, el Poli, Sunchales está bien la cancha, la tienen bien cuidadita, Bahía está bien, Pepe la ha dejado muy bien, el piso está bien y los vestuarios cambiaron muchísimo. Pero el resto no está acorde. Algunas tienen buen piso, otras están prolijitas, pero siempre nos falta algo.
- ¿Creés que no se aprovechó el boom de la Generación Dorada como se debería haberlo hecho?
- Es que el boom de la Generación Dorada surgió en un momento del país muy crítico. Es muy difícil poder sacarle el jugo que se necesitaba. Pero ahora tenemos dirigentes que a lo mejor quieren hacer las cosas bien y hay que aprovecharlos. Pero tampoco podemos matar al jugador de básquet, tirarlo abajo al jugador, al que le da la esencia y la vida a todo esto. Porque sino qué vas a hacer. Podés jugar con juveniles, pero alejás sponsors. Entonces hay que analizar todo un poco y no tocar siempre al jugador y decir que es el que cobra más, que esto, lo otro. Hay que ver todo. Por qué un jugador cobra tanta plata, por qué piensan que tal está sobrevaluado, por qué, quién cometió el error, ¿el jugador o el dirigente? Es un problema tuyo si pensás que ese jugador está sobrevaluado. No siempre hay que echarle la culpa a una persona, sino que tienen que ver cómo fue todo, cómo pasó, por qué se fueron tanto los contratos para arriba, también hay que ver cómo está el tema para el país. No es barato vivir en Argentina. La plata que cobrábamos antes, hace cinco o seis años atrás, no es la misma que ahora.
- Recién lo nombrabas a Pepe Sánchez, ¿pensás que se necesitan dirigentes nuevos en la AdC?
- No sé si sangre nueva o qué. Pepe Sánchez a hecho cosas buenas por su equipo pero también es el primero que está pidiendo que se cierren los descensos. También es uno de los que dice que los jugadores estamos sobrevaluados y él es jugador. Está bien, si vos querés ser dirigente, sé dirigente, si querés ser jugador, también. Pero que tampoco nos baje tanto el pulgar a nosotros porque sos jugador, fuiste y vas a serlo toda la vida. Ahora que estás del otro lado no podés matar tanto al jugador. Porque sino cómo hace para matar al jugador y después arma su equipo. Yo no podría mirarlos a la cara.
- Cuando llegó al país criticó el tema de los viajes.
- Sí, pero qué le vas a hacer. Los viajes son inevitables. No todos tienen aeropuerto, no todos tienen la suerte de tener vuelos a Buenos Aires todos los días. Eso es un presupuesto muy grande.
(Continuará)