El más ganador de la Liga Nacional y capitán de Peñarol, compartió una nota con Los Martines (FM 101.9) tan extensa como jugosa. En esta segunda parte, habla sobre el “Chapu” Nocioni, Mar del Plata, Domingo Robles, Atenas, Lábaque, Maradona, Leiva y hasta termina dando un consejito.
- El antecedente de que haya venido Chapu a la Liga es muy groso. ¿Qué chances le ves que vuelva a jugar en Peñarol?
- Muy pocas, ahora muy pocas. Yo creo que si él se queda jugando en Europa una temporada más, como creo que va a pasar, después no va a jugar al básquet. Yo creo que si él viene y dice me tomo un descansito de unos meses y después veo, tal vez lo podamos convencer. Pero la veo bastante lejana a la posibilidad. Como que se sacó las ganitas de volver a la Liga y jugar unos partidos acá. También al estar tanto tiempo de su carrera afuera, venir y después tener que irse de nuevo y adaptarse a otra ciudad le va costar bastante.
- ¿Qué encontraste acá en Mar del Plata para quedarte tanto tiempo?
- Encontramos todo lo que no sabíamos que tenía Mar del Plata: tranquilidad, gente muy buena. Mi señora realmente tuvo la suerte de conocer amigas muy copadas y pasa mucho tiempo con ellas. Vos sabés que las mujeres de los jugadores de básquet están mucho tiempo solas y es importante tener buena compañía. Gracias a Dios ella la tiene. He conocido a esas familias y son extraordinarias. Nos han abierto sus hogares a todos los Gutiérrrez. Son cosas que van sumando. Se sumó que deportivamente salió todo redondo. La ciudad la conocía en verano y no quería venir. Realmente es una ciudad espectacular, tenés de todo. En los días lindos podés ir a la costa a tomar mate, a mí me encanta el pescado y podés salir a comer. Ver a mis hijos estar bien es lo mejor.
- ¿Cómo es el momento cuando Domingo Robles te encara para que vengas a Peñarol?
- Domingo me había encarado mil veces. Me encaró una vez acá en el Poli cuando me había cruzado. Me dijo “la gente te putea pero te quiere, quedate tranquilo, sos el número uno”.
- ¿Y vos lo veías como una locura?
- Yo lo veía como una locura por el trato que tenía con la gente. No me veía jugando en Peñarol porque también me daba un poco de miedo de que no me vaya tan bien. Me tenía que estar mancando una situación y yo no me la iba a poder bancar. Agarraba el bolsito y me iba o sufría todos los días. Entonces me daba un poco de miedo. Cuando me habló en la AdC y me dijo le pedí que me dé un tiempo prudencial. Yo estaba hablando con Atenas y le dije que tenía que hablar con Claudio (Villanueva) la propuesta. Y fue así. Yo tuve una negociación de diez o quince días, o una semana, con Atenas que no llegó a buen puerto y yo salí de la casa de Lábaque donde negociábamos el contrato, llegué a mi casa y lo llamé a mi representante. Le dije lo que me pedían y que no lo iba a aceptar.
- ¿Qué te pedían?
- Boludeces, que no las iba a aceptar. Que para mí eran boludeces para ellos, pero para mí era tocarme un poquito el ego mío. Cosas con mi representante que yo no lo iba a aceptar. Mi representante es como un padre y yo no iba a perder una amistad de más de quince años por una boludez que Lábaque me pedía. No lo iba a aceptar. Por eso fue el detonante, porque diferencias de dinero no había, nada de eso. Por una disputa que tiene con mi representante. Pasó, me fui, lo hablé con Claudio y le dije que hable con Domingo que me venía para acá. Y me llamó ahí nomás, apenas terminó de hablar con Claudio. Le dije que espere, que tenía que arreglar.
- En la Liga se habló mucho de ese pase. ¿Creés que los insultos y las banderas vinieron por este lado?
- El primer partido que fuimos allá había una bandera gigante, estaba como armado seguramente. Eso me lo veía venir. Pero después lo de la final, realmente no pensaba que había tanto resentimiento por haberme ido y no pensaba que la habían creído tanto a Lábaque de las cosas que dijeron de mí. Entonces lo que me dolió fue eso, que no me hayan creído a mí y le hayan creído todo a Felo. Él obvio, que si tenía que hacer algo era cubrirse. Pero me ensució mucho, me ensució mucho con la gente. La gente realmente no sabe, es el día de hoy que no sabe por qué me fui de Atenas. Yo no tengo drama. Él viene y me saluda, yo lo saludo. Hubo un día que lo habían robado y le pregunté cómo estaba. Yo hablo mucho con Bruno y me llevo bien. Fuera del básquet es una familia excelente y es obvio que van a laburar por los intereses de su club. Pero a mí me dolió mucho que me hayan ensuciado con el tema de la gente. No me lo merecía para nada. No em quería ir mal de Atenas, y tampoco pienso que me fui mal. Felo me decía que me vaya, siempre me lo dijo en las negociaciones. Me decía “Leo andate, no te puedo pagar la plata de Peñarol, no te puedo dar dos años”. Y después decir que era un farsante, que me fui por dos mangos con cincuenta y que la gente le crea todo eso me pegó muy fuerte. Como dije, yo no le robé nada a nadie y no le hice daño a nadie. Me entregué por completo por Atenas y es hasta el día de hoy que no me merezco lo que me han hecho.
- ¿Cómo es tu trato con Maradona porque lo conociste jugando para Boca?
- En realidad yo jugaba en Ben Hur y lo conocí jugando al showbol Lo conocimos en Brasil y realmente es un fenómeno. Sabe de todo. Nosotros nos acercamos, le dijimos que éramos de Ben Hur, y él nos dijo “ustedes le ganaron a mi Boquita, eso no se hace” y nos saludó. Un grande. Al tipo le gusta el deporte y lee de todo y le gusta todo. Para mí es un maestro. Entonces siempre digo que a estos ídolos que tenemos hay que darles un poquito de paz y dejarlos hacer su vida porque realmente no tienen vida. Siempre veo que cuando sale a algún lugar lo siguen miles atrás. Lo vi antes de los Juegos Olímpicos también y en algún lugar más.
- Él fue a ver un partido de Boca y le gustó Leiva.
- Yo no estaba ahí. Pero Martín en la cancha entrega todo. Puede ser que no tenga la mejor mano pero Martín vos lo ves jugás y te va a contagiar, te va a gustar, por la entrega dentro de la cancha. Seguramente ese partido habrá defendido, habrá luchado los rebotes y se habrá tirado de cabeza a buscar doscientas pelotas. Es lo que tiene Martín. Yo siempre digo que con él voy a la guerra con cuchillo y tenedor.
- Por último, antes de terminar. Tenés fama de ser el mejor asador, ¿algún secreto?
- Me gusta hacer mollejas. La forma que tengo es ponerla en la parrilla, las dejo un tiempo prudencial, pero no las abro porque pierde el sabor. Después cuando las das vuelta por primera vez le pongo limón y le dejo la rodaja así se va cocinando con gustito. Me gusta hacer costillar, de todo. El último asado hice un cerdito también.