El ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, dio a conocer datos estadísticos oficiales sobre el delito en la Provincia que preocupan: el robo a mano armada creció un 22 por ciento entre 2011 y 2012.
“Después de la lucha contra el narcotráfico, que es el negocio ilegal más grande del mundo, seguido por la venta de armas y la trata de personas, tenemos que enfocarnos en el robo con armas”, reconcoció el funcionario luego de informar el resultado de las últimas estadísticas.
“Tenemos que ir a fondo con el desarme porque sin armas no hay muertes, sin armas hay paz”, dostuvo Casal.
“El temor de un ciudadano cuando es asaltado es a lo que pueda hacer el delincuente armado. Antes, en el robo el bien jurídico tutelado era sólo el bien patrimonial, pero con la aparición de las armas es la vida el bien por proteger que tiene más valor”, comparó.
Por eso, destacó que ahora exista un proyecto de ley con media sanción en el senado para atacar el uso de armas, que apunta a combatir este tipo de delito, ya que, de aprobarse, una persona que sea descubierta con una tenencia ilegal de armas podría ser procesado y a los 45 días podría tener una condena en suspenso.
Según el ministro, eso “hará que (el delincuente) piense dos veces en salir a la calle con un arma”.
Uno de los delitos que están más en boga en estos tiempos son las llamadas entraderas, modalidad en la cual el delincuente sorprende al vecino en el momento de entrar a su casa, donde se introduce poniéndo en riesgo a toda una familia.
Casal admitió que las entraderas “son el delito menos prevenible”, porque -explicó-, generalmente, ocurren de noche o de madrugada y quizás en una cuadra donde el patrullero acaba de pasar.
“En una cuadra hay 20 o 25 frentes y los delincuentes aprovechan el momento. Tiene un objetivo claro: TV, equipos de audio, notebooks , joyas y dinero en efectivo. Entre los robos con armas, sin duda las entraderas fueron uno de los que más crecieron porque son una modalidad difícil de prevenir”, reiteró en una entrevista con el diario La Nación.
Casal reconoció también que hay “un sostenido índice de sustracción de robos de baja o media gama”.
Se trata de vehículos “no muy caros, modelos de automóviles que ya no se fabrican más y que los repuestos salen muy caros”.