Por Pablo Aceto
Partido Socialista Autentico
Nuestra ciudad está atravesando uno de sus momentos más difíciles. Su circuito comercial está en franco deterioro, producto en parte de la inflación y la caída del poder adquisitivo, los altos alquileres que no tienen relación con nuestra economía, los altos costos de tasas, servicios e impuestos, el alto costo financiero, etc. En un contexto interno grave donde la principal actividad movilizadora de la economía de nuestra ciudad, que es la pesca, está parada, siendo el origen del efecto dominó que en forma constante y con lógica matemática, va volteando economías familiares, comercios, servicios y desfinanciando al Estado como si fueran fichas ordenadas en línea. El otro puntal, que es el turismo, si bien hay una innumerable cantidad de medidas para su mejor promoción y así mejorar los beneficios, está claro que para la dimensión de nuestra ciudad, es imposible que del turismo vivamos todos los marplatenses. También se arrastra un déficit energético ya indisimulable, incluso en una ciudad en claro proceso de recesión. Y un dato de enorme peso, es el déficit estructural de las finanzas de la Municipalidad y de la Provincia, que deja al Estado sin capacidad para dar las respuestas a los temas más sencillos y cotidianos.
Las respuestas a esperar por parte del gobierno municipal serian que se plantara firmemente ante la Nación y la Provincia y pidiera soluciones para poner en marcha el Puerto Productivo Multipropósito, repotenciar la Central 9 de Julio, solicitar la construcción de las líneas de Bahía Blanca y Villa Gesell que aportarían 632 Kv. Y por su parte, establecer un criterio de administración austera, afinando los números en función de los intereses de la Municipalidad, pero muy lejos de lo esperable, el gobierno de Pulti tomó otro camino.
En un contexto de déficit fiscal, economía en recesión y crisis energética, el intendente Pulti tomó el camino del endeudamiento para disimular el fracaso de su gestión, fracaso, producto de privilegiar intereses sectoriales a costa de los intereses de la ciudad.
Luego que el Ejecutivo marplatense trastabillara en varias iniciativas, tanto en temas de recaudación, seguridad y planeamiento, cuyas consecuencias todavía no se les ha dado solución, a principios del año 2012 el Intendente Pulti inscribe a la ciudad en el programa “Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles” (ICES) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), programa de desarrollo ideado y presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en el encuentro de Rio ´92 a partir del documento “Política urbana y Desarrollo Económico” elaborado por el Banco Mundial en 1991.
En ICES se muestra como un plan integral que solucionaría todos los problemas de los marplatenses por los próximos cien años, que plantea algunas cosas muy buenas pero que deja muchas dudas, dudas basadas en lo que no se dice, en el comportamiento del gobierno municipal y en la experiencia que tenemos todos los argentinos de los resultados del endeudamiento externo.
Los marplatenses al igual que todos los argentinos sufrimos una gran presión impositiva, pero en especial Mar del Plata, es realmente cara, independientemente de los impuestos directos que se aplican desde la Provincia y la Nación. El costo de servicios municipales nos pone como la ciudad más cara del país y a pesar de esto, lo recaudado no alcanza ni siquiera para pagar los sueldos de los empleados municipales, y el endeudamiento viene a cubrir el déficit de gestión, sumándole a los marplatenses un nuevo esfuerzo que son los pagos de los servicios de deuda, sin dejar a priori en claro, cual es la metodología de cobro, ya que no es lo mismo poner sobretasa , que integrar el cobro de esos créditos en las facturas de servicios esenciales como el agua, el gas o la luz.
Podría ser razonable el endeudamiento, en pos de obras que por su carácter estratégico fueran de gran necesidad y no puedan por su costo y por su dimensión ser afrontados con cobro de tasas, pero la gran mayoría de lo que se pretende hacer con el plan ICES, tendría que hacerse con el aporte regular de los contribuyentes, si estos estuvieran bien administrados o como contribución por mejoras donde se pudiera aplicar y con equipos técnicos propios, un ejemplo el “Estudio de carriles exclusivos de transporte público y bicisendas”: el costo de los estudios u$s 150.000.- financiados por el BID.
Otro número interesante son los presupuestos por las obras de “Cerramiento Ambiental del Antiguo Basural” y “Contenerización Urbana etapa 1”: u$s 12.000.000 y u$s 14.000.000, respectivamente, también financiados por el BID. En definitiva el monto provisorio, ya que falta presupuestar obras importantes, del ICES en obras es de u$s 822.871.800 y en estudios u$s 1.964.000, de las cuales muy pocas tienen establecido el origen del financiamiento, lo que da a entender que todo puede ser un gran relato para generar sobretasas, cobrarlas en las facturas de servicios, como el caso de la sobretasa en la factura de OSSE ,con el coqueto título de “Contribución Sustentable del Ambiente Natural y Urbano”.
Luego de la ola privatizadora de los ´90 en la región, de forma si se quiere sigilosa, se siguió profundizando las políticas neoliberales, pero esta vez a escala municipal con clara complicidad de la Provincia y la Nación, políticas que privilegiaron sectores económicos responsables de la crisis en los distritos que hacen ver al endeudamiento como salida. En lo energético, la Provincia no solo sostuvo la concesión de EDEA a la multinacional Camuzzi, que no ha hecho las inversiones necesarias, sino que además pretende apoderarse de la Cooperativa Eléctrica de Balcarce y la Cooperativa Arbolito de Mar Chiquita, además de contar con la concesión de la distribución del gas en Mar del Plata, como así también Aguas de Balcarce y Aguas de Laprida, teniendo en claro que la distribución de electricidad, gas y agua por sus características técnicas son monopólicas y que el producto de su recaudación en vez de ser invertida para el mejoramiento de los servicios, son girados al exterior en forma de partidas de utilidades, también son herramientas de recaudación que ya cargan una gran cantidad de impuestos y bien se puede, utilizando el razonamiento que se aplicó a OSSE con la “Contribución Sustentable del Ambiente Natural y Urbano”, cobrar en la factura de luz, gas y agua, los servicios de deuda con el BID.
Otro aspecto es la privatización del cobro de tasas en mora y de propaganda e inspección de antenas en Gral. Pueyrredón, que ha fracasado de acuerdo a lo que se ve en las finanzas municipales, al igual que en Mar Chiquita, que también tiene privatizado el cobro de tasas por propaganda e inspección de antenas, empresa muy relacionada con las que recolectan la basura en Gral. Pueyrredón, cuyas comunas celebraron acuerdo para enviar la tonelada diaria de residuos a la planta de reciclado y predio de disposición final de Mar del Plata, sumándose a las 6 a 8 toneladas diarias que produce nuestra ciudad.
El ICES, plantea por lo menos en los libros, una redistribución espacial en las ciudades que tiene que ver con dejar de construir en las zonas saturadas de edificación por los problemas que crea en tránsito e infraestructuras en servicios. Mar del Plata construye muy cerca de la costa y la gran demanda sobre las napas de agua provocarán en el mediano plazo una falta de presión en las mismas que permitirá el ingreso del agua de mar y la salinización de las napas, a pesar de esto el gobierno de Pulti sigue con ordenanzas de excepción permitiendo la construcción de edificios en la costa, pero esto los inspectores del BID no lo ven, y para dar “sustentabilidad” a estos negocios Mar del Plata acuerda hacer 70 pozos de agua en el acuífero de Mar Chiquita.
Otro aspecto del ICES Mar del Plata, es el nuevo esquema de transporte, habla de carriles exclusivos pero no habla del sistema de trasbordo (como en Curitiba), tal como lo plantea el programa de la CEPAL implementado por el BID a través de ICES, y mucho menos habla de cómo se manejarán las concesiones de líneas ni su control o como solucionar el tema de recarga de tarjetas, por otra parte, salvo la jerarquización de la vía Fermín Errea, no se observa nada que sea novedoso.
Un plan urbanístico, es un proyecto completo, que va más allá de planificar un trazado, es ver un conjunto de elementos donde uno de sus pilares es la economía que le va a dar sustentabilidad a una ciudad, y si bien el ICES plantea un sistema ferro-portuario y accesos directos, el tema de la actividad pesquera, nuestra principal actividad económica, es un tema que no está planteado, lo cual quiere decir mucho.
Sería un error separar al gobierno Municipal con el Provincial y Nacional, mas allá de sus contradicciones los une, no solamente el mismo proyecto electoral, también los une su visión de mezclar los negocios con la función pública, como así también sería un error ignorar la relación de los organismos de crédito internacional con las Multinacionales que siempre se llevan la parte del león, de los planes que implementan estos organismos.
ACLARACIÓN: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.