El abogado marplatense Marcelo Pérez Peláez criticó el proyecto presentado por el concejal Héctor Rosso (AM) que propone una modificación en la ordenanza de creación para establecer un sistema en el que el titular de la defensoría del pueblo “sea rotativo”. Ello a consecuencia que los ediles no logran ponerse de acuerdo para reunir los 16 votos necesarios, pese a la urgencia de encontrarse la institución acéfala.
En tal sentido el postulante al cargo Peláez manifestó: “en vez de proponer la ridícula idea de modificar ordenanzas estableciendo un “juego de la silla” para que los tres defensores electos en las asambleas sean titulares, hubieran escuchado los reclamos en pos de elecciones abiertas. De esta manera, el que hubiera sacado más votos del pueblo sería el titular, ya estaría definida la cuestión y nos ahorraríamos acusaciones cruzadas, chicanas y el problema de tener a la defensoría del pueblo sin firma”.
Pérez Peláez criticó a los concejales por “faltarle el respeto a la ciudadanía y a la institución cuando proponen a esta altura una modificación de este tipo a la ordenanza”.
“Cuando le solicité a Ariel Ciano modificaciones a la ordenanza 13.663 en el mes de mayo, pidiendo elecciones abiertas y un sistema de autonomía funcional para la defensoría (NP 123 2013), se me respondió que tenía razón, pero ya no había tiempo. Más tarde el propio presidente del cuerpo deliberativo declaró públicamente que esta sería la última elección indirecta”, recordó quien fuera candidato al cargo.
Otro de los ediles que se mostró a favor del sistema de elección directa y popular fue Carlos Arroyo a quien Peláez dedicó un párrafo: “telefónicamente me manifestó que ya tenía listo el proyecto y coincidimos inmediatamente. Después debió entrar en campaña y sus compromisos lo habrán desviado del asunto. Una pena”.
“Denuncié que el sistema de elección indirecta favorecía la transa y la rosca política, presenté un pedido de elecciones abiertas para que en las PASO se elija directamente a quien queremos los marplatenses como defensor del pueblo y anticipé que si se seguía con el sistema anacrónico, que finalmente se utilizó, íbamos a tener un defensor flojito de papeles”.
“La situación es escandalosa. Frente al hecho consumado habría que evaluar la posibilidad de acortar los mandatos de los nuevos defensores electos indirectamente (a dos años) y redefinir una institución que está siendo destruida por la apatía de los concejales. No pierdo la esperanza que el defensor en vez de ser elegido por un grupo de notables y validado por el sistema político, sea producto de la legítima voluntad popular”, concluyó Pérez Peláez