El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió la misa en la Iglesia Catedral, en la que, como pidió el papa Francisco rezó por la paz en Siria. De la eucaristía participaron autoridades municipales, y de las fuerzas armadas y de seguridad de la ciudad, a los que monseñor Marino les agradeció el querer adherirse a esta iniciativa.
En todas las comunidades de la diócesis de Mar del Plata hubo gestos por la paz, adoraciones al santísimo, rosarios por la paz, meditaciones y misas ofrecidas por esta intención.
Durante su homilía el obispo, expresó “la grave situación política que aflige a Siria, en el Medio Oriente, y la amenaza de una guerra inminente con la participación de varias naciones, ha movido a nuestro Papa Francisco a convocar para el día de hoy, sábado 7 de septiembre, a una jornada de ayuno y oración, pidiendo por la resolución pacífica del conflicto. Por esta razón, estamos celebrando la misa por la paz y la justicia”. “A través de los medios de comunicación social nos hemos enterado de lo que sucede en Siria, y hemos contemplado atroces imágenes de víctimas inocentes. Su difusión ha suscitado la consternación de la comunidad internacional, pues la simple observación de las mismas ofende la conciencia de la dignidad de todo ser humano” reflexionó monseñor Marino.
“La paz tan anhelada que pide nuestro papa ha de ser, por tanto, fruto de la justicia y del encuentro, nunca de la prepotencia de las armas. La mesa de negociaciones, el diálogo paciente e incansable, la mediación de terceros que trabajen con la invencible voluntad de aproximar a las partes, han de ser el único camino viable. Con la voluntad de trabajar por la paz mediante el diálogo y el encuentro, es mucho lo que se puede ganar. Con la guerra todo se puede perder”, enfatizó el pastor de la Iglesia Católica de Mar del Plata.
“El Santo Padre formula la pregunta que seguramente surge con espontaneidad desde nuestro sentimiento de impotencia: ¿qué podemos hacer nosotros por la paz en el mundo? Y él mismo nos brinda la respuesta que debemos escuchar y llevar a la práctica. Ante su convocatoria a orar y ayunar, esforcémonos por meditar y hacer lo que nos pide”, señaló Marino aludiendo a la importancia de realizar un gesto concreto, desde el lugar de cada uno, por la paz; y asimismo consideró a esta eucaristía celebrada como el cumplimiento de la voluntad del papa Francisco.
Finalmente, el obispo pidió a la Virgen María, “que nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, de la reconciliación y del amor. Ella es Madre: que nos ayude a encontrar la paz. Todos nosotros somos sus hijos. Ayúdanos, María, a superar también este momento difícil y a empeñarnos a construir cada día y en todo ambiente una auténtica cultura del encuentro y de la paz. María, Reina de la paz, ¡ruega por nosotros!”
En la misa también estuvo presente la comunidad del Centro Asturiano de Mar del Plata, que cerraron los festejos de su 99° aniversario en esta celebración. Al finalizar entonaron un canto a la Virgen de Covadonga, patrona de Asturias que fue llevada en andas al finalizar la procesión.